¿Son los coches productos tecnológicos más asimilables a un móvil o un ordenador desde la llegada del coche eléctrico? La respuesta más probable es que sí. Desde hace años, pero especialmente en los últimos cursos, los fabricantes de coches de todo tipo han ido añadiendo capas y capas de software y tecnología a un producto que era, originalmente, pura mecánica.
Tesla es el mayor exponente. Una empresa de coches eléctricos que produce, se vende y cotiza en bolsa siguiendo curvas y expectativas de una empresa tecnológica. Incluso hay quien ya la sitúa en la misma mesa que las BigTech.
En apenas una década y media, Tesla no solo ha conseguido situarse como una marca reconocida en el mercado del automóvil; también ha desbancado a muchas de las compañías que han dominado siempre esta industria. En el primer trimestre de 2023 se produjo el gran hito: el Model Y se convertía en el coche más vendido del mundo, superando al Toyota Corolla.
Pero más allá de Tesla también comienza a haber movimiento. En 2024, que un nuevo fabricante aparezca en escena procedente del sector tecnológico empieza a ser algo habitual. Xiaomi acaba de lanzar su primer vehículo en las tiendas, Huawei colabora con varias marcas y otras empresas como Sony –de la mano de Honda– están trabajando en un movimiento similar.
La pregunta es: ¿trasladaremos los consumidores la confianza que tener en estas marcas en productos como un smartphone o una televisión a algo tan distinto (o no) como un vehículo? Repasemos cuál es el enfoque de estas marcas tecnológicas que están apostando por ser automotrices, y qué puede venir a medio plazo para el sector.
Xiaomi, la primera de las tecnológicas en dar el gran salto
Que los coches se conviertan en elementos mucho más basados en software y hardware que en mecanismos y combustión ha marcado la diferencia. Y Xiaomi, referente en ventas y en relación calidad-precio en muchos mercados de Europa, ha sido una de las primeras en probarlo.
Su primer coche eléctrico, el SU7, está a la venta en China. Y, al grueso del sector, le fascina. No solo por las prestaciones que ofrece en relación a su precio. También por su estética, su amplia oferta tecnológica y, sobre todo, por la velocidad con la que Xiaomi ha logrado crear este coche. El proyecto, según la marca, arrancó hace poco más de tres años.
“Un fabricante de automóviles típico gasta aproximadamente 140 millones de dólares cuando desarrolla un nuevo modelo y emplea a unas 400 personas en todas las fases esenciales, incluidas las pruebas. Nosotros ya hemos gastado más de 1.000 millones de dólares y el número de empleados que contribuyen al proyecto llegó a ser de 3.400”.
Lei Jun, CEO de Xiaomi
Por el momento, este vehículo se venderá en China, aunque desde la marca han expresado en varias ocasiones su voluntad de llevarlo a otras regiones cuando sea posible. Europa sería el destino más lógico considerando el fuerte impulso a los coches eléctricos que se vive en la región. Y, dentro del mercado europeo, España sería uno de los países mejor posicionados debido a la gran presencia de la marca en este país.
Sony apuesta por unirse a Honda
Por su parte, Sony ha decidido unirse con otro gigante japonés, Honda, para lanzar una nueva marca conjunta: Afeela, cuyo primer prototipo ya se ha presentado y quieren que salga a la venta en 2025.
La tecnológica aportará el «cerebro» del coche, incluidos los sistemas de inteligencia artificial, entretenimiento, realidad virtual y realidad aumentada, mientras que Honda se encargará de la mecánica y la plataforma de baterías.
El coche, que se presentó en el último CES como “un smartphone” con ruedas, contará con una conducción totalmente autónoma habilitada por más de 40 sensores, incluyendo cámaras, radar, ultrasonidos y lidar, que se integrarán en el exterior del coche.
El Afeela quiere competir con otros fabricantes de coches eléctricos de gama alta, como Mercedes-Benz, BMW, Volvo y Audi, según Sony. La compañía también dijo que su software ofrecerá servicios de suscripción, lo que significa que los propietarios de vehículos tendrán que pagar una cuota mensual para acceder a ciertas funciones.
Huawei apuesta por múltiples colaboraciones para entrar en el sector
Huawei ha presentado también su primer coche eléctrico. Se llama Luxeed S7 y está hecho en colaboración con el fabricante de automóviles chino Chery. No obstante, Huawei no es nuevo en este sector. La marca lleva tiempo siendo proveedor especializado en tecnologías como sistemas operativos para coches y conducción asistida.
Huawei, en concreto, se ha asociado con al menos cinco fabricantes de automóviles para lanzar una gama de coches eléctricos que incorporan su tecnología de vanguardia. De unas de estas colaboraciones ha surgido la marca AITO, formada en join venture con el fabricante chino Seres. De otra, con el también fabricante Chongqing, el vehículo de lujo Avatr12.
Samsung y Apple también han coqueteado con el sector
Estas conexiones también se dan con tecnológicas con mucha más solera. Samsung, en su naturaleza de megacorporación que lo mismo fabrica teléfonos que cuenta con una división de transporte de mercancías, ya tuvo activa en el pasado una división de vehículos comerciales. Y no sería una sorpresa que quiera adentrarse en el lanzamiento de coches eléctricos en el futuro.
Apple, por su parte, ha estado años trabajando en el desarrollo de un vehículo eléctrico, aunque recientemente se reveló, a través de fuentes sólidas, que la compañía habría cancelado dicho proyecto. Durante el proceso, eso sí, llegó a estar sobre la mesa la compra de Tesla y McLaren, así como asociaciones con diversos fabricantes establecidos.
Pero no solo las marcas de tecnología asiáticas y norteamericanas están interesadas en la fabricación de automóviles. Las empresas indias también están buscando oportunidades en este sector. Ola, una de las startups más exitosas de la India, ha incursionado en el mercado de scooters eléctricos a través de su subsidiaria Ola Electric y ha logrado un gran éxito con más de 240.000 scooters eléctricos vendidas hasta ahora. Tras ello, tiene planes de lanzar su propio automóvil eléctrico en el futuro.
¿Por qué todas las tecnológicas quieren fabricar automóviles ahora?
Además de la unión de ambas industrias por el perfil tecnológico, existen varias razones por las que todas estas marcas quieren entrar en el sector. La primera de ellas es que la industria del automóvil se enfrenta a una enorme transformación, y eso siempre facilita la entrada a nuevos actores. La mejor prueba de ello la vimos en el mundo de la telefonía móvil cuando, tras la llegada del iPhone, el mercado se volteó. Nokia y BlackBerry, referentes indiscutibles, pasaron a un segundo plano. Y otras como Samsung, Apple o Xiaomi se asentaron en los primeros puestos.
Otro factor relevante es la demanda. El coche eléctrico es el futuro. Muchos debaten sobre si será el único futuro o una parte importante del mismo. Pero, independientemente de cuál sea la imagen final, la realidad es que este tipo de vehículos van a sufrir un auge mayúsculo en ventas y popularidad durante los próximos años, lo que supone una suculenta oportunidad para las marcas que quieren adentrarse en el sector.
Eso sí: ¿cómo actuarán las marcas convencionales ante esta situación? ¿Se producirá un cambio en los líderes del mercado derivado del cambio tecnológico –como ocurrió tras el lanzamiento del iPhone–?
Los grandes fabricantes que vienen de la combustión llevan años planteando su oferta eléctrica. Y, conforme pasan los años, su catálogo está más repleto de estos productos. No obstante, las empresas de tecnología tienen dos grandes ventajas a su favor:
- Tienen una amplia experiencia en el desarrollo de sistemas inteligentes, baterías y entretenimiento, que son componentes clave en la fabricación de automóviles eléctricos.
- Al no tener que compaginar los vehículos eléctricos con los de combustión, pueden ser más ágiles y agresivas en su estrategia.
Además, muchas de las marcas tecnológicas que se plantean este movimiento tienen abundantes recursos financieros y una imagen lo suficientemente sólida como para entrar en el mercado y transmitir confianza e interés a los consumidores.
El precedente de Swatch y la creación de los Smart
Quizá en unos años comprar un coche Sony, Xiaomi o de otra tecnológica sea una elección tan normal como la que hacemos con un smartphone. O puede que solo sea una inmersión que deje cierto legado en la historia de los coches pero no mueva los cimientos de una industria tan importante. Un ejemplo de ello es el gigante relojero Swatch, quien, en 1994, intentó entrar en el mundo del automóvil, dejándonos una idea de cómo este intercambio entre sectores genera innovación.
De aquella idea surgió una alianza con Mercedes que dio lugar a una de las marcas y vehículos con mayor diferenciación de los que hoy vemos en nuestras ciudades, los Smart. Tras ello, sin embargo, detuvo ahí sus pasos y hoy Smart pertenece a Mercedes y la china Geely.
Lo que parece evidente es que la entrada de las tecnológicas en el sector de los vehículos va a dejar huella, aunque aún no sepamos cómo ni con qué calado.