La estimulación cerebral eléctrica se usa actualmente para tratar algunas enfermedades, como el Parkinson, pero también podría tener un efecto sobre la memoria.
Dos años atrás, unos investigadores de la Universidad de California provocaron daños cerebrales a 56 ratas. Después les estimularon mediante electricidad el área medial septal, conectada con el hipocampo, una parte clave para la memoria. Introducidas en un laberinto, las ratas escapaban más rápido cuando eran estimuladas. Es un ejemplo de cómo la estimulación cerebral puede influir en ciertas funciones cognitivas, en este caso podría haberlo hecho sobre la memoria.
En la Universidad de Pennsylvania han llevado a cabo otros trabajos relacionados con la estimulación cerebral eléctrica y su capacidad para mejorar la memoria. En un estudio, financiado por la agencia DARPA, los investigadores colocaron electrodos a pacientes aquejados de epilepsia para medir los registros encefalográficos. De esta manera podían calcular en qué región se producen los ataques, con el fin de practicar después una cirugía.
Paralelamente, los investigadores pidieron a algunos pacientes voluntarios que jugaran a juegos de memoria en un ordenador, mientras los electrodos recogían información de las señales neuronales. Los registros mostraron una compleja actividad, parte de la cual los científicos creen que corresponde a la función de la memoria.
El siguiente paso es realizar un trabajo de identificación preciso, con el fin de dar con las ondas cerebrales que impulsan la formación de la memoria. Si los investigadores son capaces de hacer esto podrían estimular el cerebro de manera que este se encontrara en el mejor ambiente posible para memorizar.
La estimulación cerebral en uso
Los investigadores de la Universidad de Penn esperan diseñar un dispositivo para estimular el cerebro, destinado a registrar parámetros relativos a la memoria y optimizar esta función. Para esto aún queda camino por recorrer. Por el momento las aplicaciones de las interfaces cerebrales de estimulación están más relacionadas con enfermedades como el Parkinson.
El Alzheimer es otra de las dolencias que se están intentando tratar mediante estimulación cerebral. El método consiste en incrementar el tamaño del hipocampo, que al estar asociada a la memoria, se reduce con esta enfermedad. Pero no solo se trata de tratamientos médicos. El uso de electrodos también está llegando al mercado de consumo, tal y como ejemplifica la startup Thync, cuyo producto wearable se encuentra a medio camino de los dos mundos. Consiste en un dispositivo que se coloca detrás de la oreja para enviar una descarga eléctrica cuando el usuario lo ordena a través de su smartphone. El objetivo: modificar el estado de ánimo de la persona.
Imágenes: eltpics y Tim Sheerman-Chase