growth hacking

¿Qué es el growth hacking?

El growth hacking es una táctica de marketing para hacer crecer un negocio, generalmente en usuarios, con recursos económicos limitados.

El término invita a pensar que su significado está relacionado con hackers o descubrimiento de vulnerabilidades, pero el growth hacking no tiene que ver con este ámbito. Sí que tiene, en cambio, relación con la cultura hacker, que en los últimos años se ha popularizado como un interés o una pasión compartida por afrontar retos en los que la tecnología suele estar presente. El término hacker o hacking ya no se refiere solo a los expertos en seguridad. De hecho, un hackathon consiste en un encuentro de programadores donde se desarrolla software colaborativamente y con el tiempo apremiando, es decir, un reto.

Esta filosofía se aplica por lo general a todo lo relacionado con la cultura hacker. Descubrir un agujero de seguridad en unos sistemas que han sido cuidadosamente desarrollados y revisados por expertos en la materia o programar una aplicación móvil en un plazo de 24 horas, a base de ímpetu y de cafeína en sus distintas acepciones, son desafíos. Lo mismo ocurre con el growth hacking, que consiste en el reto de hacer crecer un negocio con recursos económicos limitados.

El concepto generalmente se aplica a las startups, dada su situación precaria, aunque la frescura de la filosofía está haciendo que se extienda a compañías de gran envergadura. La persona que se dedica a llevar a cabo acciones de growth hacking, a quien se ha dado en llamar growth hacker, tiene un perfil entre analítico y creativo. Las métricas son muy importantes para tener controlados todos los aspectos que afecten a su trabajo, incluida ni que decir tiene la revisión de sus acciones.

Si algo se mueve en Internet deja rastro. El growth hacker se preocupa de que nada de lo que se mueve se le escape, con el fin de tener todos los datos para tomar decisiones informadas. El otro componente básico de este perfil es la creatividad, una característica que puede considerarse opuesta a la meticulosidad analítica. Y es que el growth hacking va de suplir con imaginación lo que no se puede pagar con dinero.

growth hacking
En los últimos años han proliferado eventos en torno al growth hacking

Los recursos no permiten la contratación de anuncios en radio, televisión y prensa, pero el growth hacker persigue un impacto comparable si cabe, llevando a cabo todo tipo de acciones. No hay cortapisas. El objetivo suele ser crecer en usuarios y para eso vale todo, con tal de que se expriman los recursos disponibles. Las redes sociales y la búsqueda de la viralidad son dos de los elementos comunes a estas acciones.

Casos de éxito de growth hacking

Son muchas las startups, ahora convertidas en potentes compañías, que empezaron utilizando tácticas de growth hacking, incluso cuando aún no estaba inventado el término (la primera mención data de 2010). Muchas veces se trata de hacer marketing dentro del producto –donde no cuesta dinero– en lugar de hacerlo fuera de este.

La estrategia de Twitter para crecer en usuarios es un ejemplo de growth hacking.  En lugar de hacer publicidad para atraer a quienes no conocían la red se centró en su plataforma. En cada perfil colocó una caja con usuarios recomendados para que la gente siguiera a más gente y así creciera la actividad en el site. Estos usuarios, contentos con el servicio, pues lo han empezado a usar asiduamente, animan a otras personas de fuera a apuntarse. Así, Twitter, sin hacer apenas marketing externo creció exponencialmente.

Hay más ejemplos. La plataforma de alquiler entre particulares Airbnb colocó un botón para publicar un anuncio, ya subido a Airbnb, en el portal Craiglist. Así atraía usuarios del popular sitio de anuncios a su propia plataforma. Dropbox comenzó a ofrecer 125 MB adicionales de almacenamiento a los usuarios que siguieran su perfil en Twiiter o conectaran sus cuentas con el site de microblogging o Facebook. Y una de las acciones más exitosas: el ‘Enviado desde mi iPhone’ que Apple incluyó automáticamente en todos los emails que se enviaban desde uno de sus terminales. ¿Quién no sintió deseos de tener un iPhone cada vez que leía esa breve frase grabada al final de un correo electrónico?

Imágenes: Highways Agency y  fabola

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