V2V

Qué es la comunicación V2V y cuál es su futuro

La comunicación V2V consiste en el intercambio de información entre dos vehículos con el fin de mejorar el tráfico o evitar accidentes.

Si la comunicación M2M (machine to machine) permite que dos objetos intercambien datos entre sí, la tecnología V2V (vehicle to vehicle) aplica el mismo concepto a los coches. Se trata igualmente de una rama de Internet de las cosas, aunque esta tecnología puede resultar más cercana al usuario de a pie. Todo el mundo está familiarizado con los coches y es fácil ver el valor que puede tener el intercambio en tiempo real de datos tan sensibles como la localización del vehículo, la velocidad, su dirección o si ha empezado a frenar.

El V2V es un estándar que lleva coleando desde finales de los años 90. Por aquel entonces únicamente preocupaba fijar una porción del espectro radioeléctrico para que fuera utilizado por los coches para comunicarse entre sí. Se tiende a confundir con el WiFi porque usa una de las frecuencias de esta conexión inalámbrica, los 5.9 GHz.

Si bien no existen despliegues comerciales, en Estados Unidos se dieron avances el pasado año para aprobar el estándar y se prevé que en 2017 este adquiera carácter obligatorio, pues se considera una medida de seguridad que puede reducir el número de accidentes. Y es que hoy en día hay vehículos que cuentan con sistemas variopintos, como el radar o el ultrasonido, para detectar obstáculos en su camino, pero la comunicación V2V tiene una aspiración global.

V2V

La idea no es instalar una tecnología en un coche y que esta se sirva de sus propios recursos para aumentar la seguridad del conductor y los pasajeros. El objetivo es que los vehículos colaboren entre sí, compartiendo información sobre sí mismos. Su posición, su velocidad y otros detalles se procesan y se analizan en una plataforma que los devuelve masticados al resto de coches de la red. De esta forma todos tienen información que puede servir para lanzar una alerta en caso de riesgo de accidente o recomendar otra ruta si la inicial se encuentra saturada de tráfico.

El futuro del V2V

Existen grandes retos para la implementación de la comunicación V2V. El principal está relacionado con el volumen. Para que un intercambio de datos así sea relevante es necesario que haya una gran mayoría –o la práctica totalidad de vehículos– con este tipo de conectividad. Y si se quiere tener posibilidades reales de evitar accidentes es necesario que cada coche envíe todos sus datos diez veces por segundo a los sistemas, que deben procesarlo todo y transmitirlo.

Esta carga de trabajo necesita de una capacidad de análisis enorme, que solo pueden lograr potentes sistemas en la nube. Los proveedores de este servicio tendrán que lidiar también con otra cuestión. El V2V es comunicación, pero la creciente automatización de los automóviles podría hacer que la tecnología penetrara en la consola del propio vehículo para hacerlo frenar en caso de emergencia. Es una de las posibilidades que se está barajando con los coches autónomos, aunque tal vez no haya que esperar tanto para ver una funcionalidad así, dado el nivel de conexión que tienen los vehículos que se están vendiendo hoy en día.

Imágenes:  Daniel Böswald y Dylan Passmore

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