Las redes en malla son la última tendencia en redes inalámbricas: son fáciles de configurar, mejoran mucho la calidad de conexión y llegan a todos los puntos del hogar. ¿El problema? De momento no son baratas.
El comportamiento de los usuarios respecto a Internet no ha dejado de cambiar en los últimos años. Un estudio de la GSMA realizado a escala mundial habla de que en 2012 había 8 dispositivos conectados por hogar, mientras que ahora estamos en torno a 25. Lo sorprendente sin embargo, es que dentro de 5 años estaremos hablando de 50. Esto hace que un cambio en cómo funcionan las redes sea necesario, no en cuanto a velocidad, sino en cuanto a saturación, reparto de recursos y cobertura.
Todos estos puntos definen a las redes en malla o mesh networks. Tradicionalmente, los hogares han contado con un router del que salían cables Ethernet, añadiendo después capacidades inalámbricas. Dado que la potencia de esas redes primitivas era limitada y a poco que el hogar tuviera muchos paredes o cierto tamaño la calidad de conexión se reducía enormemente, muchos usuarios optaron por usar repetidores o PLCs, pero la solución que ofrecen no es satisfactoria en todos los casos, ni mejora la saturación.
Las redes en malla tienen la solución a la creación de redes múltiples, la saturación pese a la repetición, o la dificultad de configuración. Los packs suelen contar con un router como el que todos tenemos, al que se le pueden unir múltiples puntos de acceso que extienden el alcance de la red, pero que también son capaces de repartir los recursos dinámicamente en función de la demanda. Todavía no contamos, como decíamos, ni con la mitad de dispositivos que tendremos, pero los routers comienzan a no poder abastecer toda la demanda de conexiones simultáneas que tienen, y ahí las redes en malla serán clave.
La idea es que la conexión no sufra pese a que haya termostatos, altavoces inteligentes, cámaras, relojes o aspiradoras conectadas. Gracias a la posibilidad de fijar los puntos de acceso en diversos puntos del hogar, los fabricantes que más están trabajando con redes en malla aseguran poder ofrecer la velocidad suficiente (siempre que la conexión de la operadora acompañe) para visualizar contenidos multimedia 4K en cada esquina de la casa de forma simultánea.
Las soluciones de redes en malla más modernas son auto organizadas, es decir, que con sólo adquirir los routers o puntos de acceso ya proveen la red principal bajo el mismo nombre. Atrás queda la dificultad a la hora de configurar routers con modo bridge y otras complicaciones.
¿Qué problema tienen entonces las redes en malla? Un equipamiento con 3 puntos de acceso, ideal para un hogar medio, puede tener un coste medio superior a los 300€, algo caro comparado con soluciones más rudimentarias. Como siempre en tecnología, todo es, sin embargo, cuestión de tiempo.