Escondida en las profundidades del océano, una curiosa especie de 'plantas marinas' podría albergar el secreto para resistir el aumento de temperaturas y la acidificación que provocará el cambio climático.
El cambio climático supone la variación global del clima de la Tierra. Este proceso puede deberse a causas naturales, ya que la climatología en nuestro planeta nunca ha sido estática, como demuestran los procesos glaciares de unos 100.000 años, seguidos de etapas interglaciares. Sin embargo, el cambio climático también puede deberse a la acción de los seres humanos, como consecuencia del aumento de concentración de gases de efecto invernadero. Su emisión ha sido provocada por la intensa actividad industrial y agrícola, además de ser el resultado de la combustión de combustibles fósiles.
El efecto invernadero ha originado un aumento de temperatura de 0,6ºC en el siglo XX y un incremento del nivel del mar entre los 10 y 12 centímetros, como señalan desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. De no evitar el desastre natural que provocaríamos al no frenar el cambio climático, las consecuencias sobre el planeta Tierra pueden ser nefastas. Naciones Unidas, por ejemplo, ya ha señalado la especial vulnerabilidad de los estados insulares del Caribe o el impacto directo sobre la economía de ciertos países. Colombia podría perder hasta el 0,49% de su Producto Interior Bruto como consecuencia del calentamiento global.
La investigación ya ha señalado al cambio climático como una de sus prioridades. En ese sentido, cabe recordar el trabajo de la misión OCO-2 de la NASA, un satélite lanzado este verano para cartografiar la emisión de dióxido de carbono en el planeta Tierra. Otro proyecto científico, publicado en Nature Climate Change, describe seres vivos vegetales que podrían resistir el aumento de temperaturas y la acidificación de los océanos.
La ciencia conoce desde hace tiempo organismos vivos capaces de resistir temperaturas y condiciones de pH extremas: es el caso de bacterias extremófilas como Pyrococcus furiosus o Lactobacillus acidophilus. Sin embargo, lo que todavía no sabemos es cómo se adaptarán las diferentes especies a los cambios graduales de temperatura y pH. En ese sentido, científicos alemanes han descrito por primera vez una especie de fitoplancton, conocida como Emiliania huxleyi, que podría adaptarse a las condiciones ambientales variables que provocará el cambio climático. Para comprobarlo cultivaron estos organismos vivos en el laboratorio, sometiéndolos a una acidez importante, y a temperaturas que alcanzaron los 27ºC. Para sorpresa de los investigadores, esta especie crecía con un tamaño más reducido pero a más velocidad.
Como señalan desde la Universitat Pompeu Fabra, Emiliania huxleyi es una de las cinco mil especies de fitoplancton que podemos ver en el océano. Y es que el fitoplancton es el equivalente marino de las plantas terrestres. Su papel en nuestros ecosistemas es fundamental, puesto que son microorganismos fotosintetizadores, esenciales para regular el clima del planeta. Esta joven especie, que apareció hace aproximadamente 250.000 años (casi al mismo tiempo que Homo sapiens), es una de las más bonitas que esconde el océano, gracias a las curiosas cubiertas celulares de carbonato cálcico que presenta. Y tal vez dentro de ella también esté el secreto del impacto del cambio climático sobre la biodiversidad, y la forma en la que los organismos vivos tratarán de resistir al calentamiento global.
Imágenes | Marion (Pixabay), Universitat Pompeu Fabra, Natural History Museum