¿Te someterías a una intervención quirúrgica asistida por un brazo robótico autónomo con inquietudes artísticas?
Un estudiante de la Universidad de Wake Forest en Wiston-Salem, Carolina del Norte, ha desarrollado un brazo robótico autónomo capaz de replicar sobre un lienzo las suaves líneas y formas de un Rembrandt con una precisión asombrosa. De hecho, la agilidad y precisión de este artefacto autónomo podría tener un uso potencial como herramienta para ayudar a los futuros médicos en la práctica de cirugías laparoscópicas no invasivas asistidas por robots.
Timothy Lee es un joven entusiasta de la tecnología que pasó sus años de secundaria inventando todo tipo de artefactos mecánicos, desde un brazo robótico que podía lanzar una pelota hasta un robot que mantenía el equilibrio sobre una viga. Tras ingresar en la Wake Forest, descubrió las habilidades artísticas de un robot diseñado por investigadores del Georgia Tech que podía tocar instrumentos de percusión, despertando la curiosidad de Timothy sobre nuevas usos de la robótica dentro del campo del arte y la ciencia.
Tras experimentar con las posibilidades creativas de su brazo robótico autónomo, Lee estableció cierto paralelismo entre arte y ciencia tras comprobar que su artefacto podía pintar cuadros con la misma agilidad y precisión de un cirujano con su bisturí. Esto le hizo pensar que más allá de las aplicaciones artísticas, su brazo robótico podría ser un firme candidato para asistir cirugías laparoscópicas de cierta complejidad.
Con el apoyo de una beca de investigación, Timothy pudo asociarse con el profesor del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Wake Forest Baptist Medical Center, Craig Hamilton, para desarrollar su prototipo. Con un entrenamiento específico, Lee y Craig enseñaron al robot a replicar de forma autónoma tanto las líneas y formas que realiza un cirujano con su bisturí sobre el cuerpo de un paciente como los trazos que realiza un pintor sobre un lienzo en blanco.
La posibilidad de realizar estas funciones de forma totalmente autónoma, llevo a los dos investigadores a explorar la idea de utilizar el robot como dispositivo de entrenamiento para futuros cirujanos que necesitan cubrir su periodo de prácticas, de forma similar al conocido sistema quirúrgico da Vinci. Este robot quirúrgico desarrollado por la empresa norteamericana Intuitive Surgical, está pensado para realizar múltiples procedimientos quirúrgicos bajo un enfoque mínimamente invasivo, a partir de la consola de operaciones controlada por el propio cirujano.
Pero el robot da Vinci no es autónomo, es decir, está pensado para potenciar en términos de precisión, visión y control las habilidades del cirujano. Y además, el coste de adquisición de esta tecnología para instruir a los futuros cirujanos en la práctica del sistema da Vinci, es bastante superior en comparación con los 1.500 dólares que cuesta fabricar el brazo robótico de Timothy.
Por esta razón, los dos investigadores del Wake Forest Center confían en el desarrollo de la precisión y agilidad de su brazo robótico autónomo y en el precio competitivo de sus costes de fabricación, para hacerse un hueco en el sector de la tecnología médica y ayudar a los futuros cirujanos en la práctica de laparoscopias complejas asistidas de forma autónoma.
En la actualidad, la mayor parte de las operaciones quirúrgicas asistidas por robots están controladas por un operador humano que controla cada movimiento del dispositivo durante la operación. Sin embargo, los científicos no descartan que en un futuro que los avances en robótica e inteligencia artificial permitan realizar estas operaciones de forma totalmente autónoma, y posiblemente el brazo robótico de Timothy sea solo un preludio de la tecnológica médica que viene.
Imágenes | vía Wake Forest University y Wikimedia Commons