Recrean un entorno urbano a escala todo con intersecciones complejas y peatones suicidas mecanizados para testar la eficacia de los sensores y algoritmos de conducción autónoma
La mejor forma de poner a prueba la seguridad de los coches autónomos es recreando las difíciles condiciones urbanas a las que se verá expuesto una vez se empiece a comercializar este tipo de vehículos al público en general. Por eso investigadores del Centro de Transformación de la Movilidad de la Universidad de Michigan han decidido construir un fragmento de ciudad ex profeso en Ann Arbor, Michigan –EEUU–, recreando todo tipo de intersecciones complejas y peatones suicidas mecanizados para testar la eficacia de los sensores y algoritmos de conducción de los vehículos.
Este nuevo entorno urbano servirá para recrear todo tipo de situaciones adversas y mejorar la tecnología de conducción autónoma en las interacciones entre conductor y peatón, calles cortadas por obras, marcas viales confusas, superficies poco habituales, inclemencias metereológicas extremas o zonas urbanas con dificultades para captar las señales GPS.
Hasta la fecha los fabricantes de coches autónomos han realizado pruebas controladas en entornos urbanos reales, siempre bajo fuertes medidas de seguridad y la supervisión de especialistas preparados para hacerse con el control del vehículo si fuese necesario. Las pruebas en entornos urbanos reales con peatones y viales congestionados por el tráfico supondrían un riesgo inasumible para la recogida de datos estadísticos sobre el rendimiento de los coches autónomos. Sin embargo, la construcción de un entorno urbano a pequeña escala con todo tipo de situaciones, podría aportar datos muy significativos perfectamente extrapolables a un entorno real.
Esta es la razón por la que los investigadores han decidido construir 6 kilómetros de vías con 13 intersecciones distintas cerca del campus de la Universidad de Michigan, con la financiación de 13 empresas involucradas en el desarrollo de tecnología de conducción autónoma y del Departamento de Transportes de Michigan. Las instalaciones se completarán con el uso de peatones suicidas mecanizados distribuidos por el circuito, que saldrán al paso de los vehículos con el propósito de comprobar la activación de los sistemas de seguridad de a bordo.
Otra de las tecnologías que se pretenden ensayar en este peculiar entorno urbano es la utilización de transmisores de posición, velocidad y sentido de la marcha con los que transmitir estos datos entre vehículos o con las infraestructuras urbanas, para anticiparse a los posibles accidentes de tráfico y prevenirlos con cierta antelación.
El supervisor del proyecto y director del Centro de Transformación de la Movilidad de la Universidad de Michigan, Peter Sweatman, ha asegurado que la recreación de este entorno urbano supondrá todo un reto para la comprobación de la eficacia de los sistemas de conducción autónoma que vendrán en los próximos años. De hecho, General Motors anunció el mes pasado el lanzamiento en 2017 de su primer coche con conducción completamente autónoma. Se trata de un Cadillac con sistema Super Cruise que controlará en determinadas situaciones el volante, el freno y el acelerador del coche.
Imágenes | University of Michigan y Wikimedia Commons