La ciudad de Seúl colocará paneles solares en sus edificios públicos. Tiene previsto que todos los inmuebles de este tipo estén cubiertos en 2022.
La iniciativa 2022 Solar City Seoul Plan ha colocado a la capital de Corea del Sur como una de las ciudades más comprometidas con las energías renovables. Su intención es desplegar para la fecha 1 GW de capacidad en paneles solares en sus edificios públicos.
Para esto el gobierno se propone colocar paneles solares. Todos los inmuebles y otro tipo de construcción que estén destinados a su uso por el Estado tendrán que tener placas en sus tejados.
Adicionalmente y para completar el plan, la ciudad se propone que un millón de hogares también tengan paneles solares. Con estas medidas se espera reducir las emisiones en más de 100 toneladas métricas de dióxido de carbono.
No es la primera ciudad que se pone seria con la instalación de paneles solares en sus edificios públicos. En San Francisco es obligatoria para los nuevos edificios la colocación de estas placas. En el caso de Seúl el objetivo es a largo plazo e implica a todo el país. Corea del Sur quiere que en 2040 el 35% de su energía se genere a partir de renovables.
La integración de la energía solar en la construcción
Las exigencias de Seúl son importantes por su escala. Un millón de hogares es un número muy alto y la voluntad de cubrir todo el parque de edificios públicos con paneles solares es toda una declaración de intenciones del Estado. Y esto ha sido posible porque desde hace tiempo la tecnología fotovoltaica se ha desarrollado de forma radical.
Los costes de producción se han abaratado y la eficiencia de las placas ha crecido. Pero no solo eso. En el sector de la construcción cada vez hay más facilidades para integrar estos paneles en un edificio o una vivienda unifamiliar. Evidentemente el primer recurso es colocar los paneles en el tejado. Pero ahora también existen tejas solares, que proporcionan una estética más cuidada.
El siguiente paso es la apuesta por elementos más rompedores, como las ventanas generadoras de energía. Ya existen. Aunque posiblemente su coste de momento no compense su instalación, pero su abaratamiento es cuestión de algunos años. A partir de ahí será cuestión de los ingenieros gestionar el problema de la incidencia de los rayos solares y otros flecos pendientes.
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