China ha instalado la primera parada de autobús impresa en 3D en la ciudad de Shanghái, un pequeño hito del reciclaje.
En la ciudad de Shanghái ahora hay un bloque de hormigón gris, casi soviético, en una zona de las afueras. No parece gran cosa. De hecho, podría pasar perfectamente por una estructura inacabada o abandonada. Consiste sencillamente en un rectángulo de grueso hormigón plantado junto a la carretera.
Es mucho más que eso. Se trata de la primera parada de autobús impresa en 3D. Y las implicaciones de esta construcción van más allá de lo imaginable a priori. El gobierno local ha impulsado el proyecto no solo por su carácter innovador sino por una cuestión de eficiencia.
Esta parada de autobús impresa en 3D se compone de materiales reciclados del sector de la construcción. Entre los residuos que se han empleado se incluyen piezas de acero y cemento. Estos dos componentes son los elementos básicos del hormigón armado, así que la robustez de la estructura está asegurada.
Desde Winsun, la empresa responsable de la construcción, reivindican el carácter ecológico de esta peculiar parada de autobús. Pero también valoran el ahorro de costes que supone. Evidentemente, la impresión 3D permite un proceso automatizado y ofrece una gran rapidez. Solo se tardan dos horas en completar una estructura de este tipo.
Es solo una prueba. Las autoridades locales en Shanghái tienen la intención de profundizar en este tipo de proyectos. Han empezado por la parada de autobús impresa en 3D, pero seguirán nuevas estructuras. Se ha pensado en edificios construidos de esta manera y también en carreteras.
China es uno de los países que más residuos deja al año. Esto no puede dejar de acusarse en el sector de la construcción. Y es que el crecimiento de las ciudades chinas ha sido exponencial en las últimas décadas. Esto ha llevado a una vorágine en el mundo de la construcción. Cuanto más se construye más residuos se generan.
Aquí es donde se plantea la duda: ¿qué hacer con todos estos desperdicios? Son un amasijo heterogéneo de metales, hormigón y otros materiales. Parece que las autoridades de Shanghái han encontrado una solución para reutilizarlos.
En China ya se ha experimentado con la construcción de casas mediante impresión 3D. Mientras que en otras partes del mundo hay más ejemplos aún de la aplicación de esta tecnología para el ámbito de las infraestructuras. Viviendas que se imprimen en unas pocas horas y hasta un puente, instalado en Holanda, presentan un escenario esperanzador. Más aún si los materiales que se emplean son reutilizados.
Imágenes: ¡kuba!, Winsun