Small cells, el mosaico con el que construir las redes del futuro

Dicen los analistas que, para el año 2015, el volumen de datos que se transmitirá a través de redes inalámbricas superará al que circula a través de redes cableadas; un hecho que, realmente, no debería sorprendernos porque venimos viviendo este cambio desde hace tiempo materializado en la adopción de dispositivos móviles y en la propia evolución de las redes (UMTS, HSPA, HSPA+ y LTE). El cambio de tecnología es un paso importante para satisfacer parte del crecimiento en la demanda y ofrecer servicios de mayor capacidad, sin embargo, no es el único pilar en el que apoyar esta evolución y también pasa por una gestión eficiente de los recursos disponibles.

¿Gestión eficiente de los recursos disponibles? Maximizar el uso de las bandas de frecuencia asignadas, optimizar la potencia de transmisión de los terminales de los usuarios (para no mermar la autonomía de los mismos) y ofrecer mayor capacidad de transmisión son algunos de los factores que están haciendo que el número de celdas, o emplazamientos, esté creciendo, reduciéndose así el radio de cobertura de éstas; un hecho que se conoce como small cells y que, desde hace algunos años, está muy presente en el ámbito de las redes móviles.

Las small cells permiten a los operadores garantizar unos niveles de calidad de servicio acordes a las expectativas de los usuarios puesto que, al reducirse el tamaño de la celda, la capacidad disponible es mayor dentro de su área de cobertura. Además, este tipo de celdas ofrecen gran flexibilidad en el despliegue porque pueden complementar la cobertura de zonas con mala recepción de señal, mejorar la cobertura en el interior de edificios o reforzar la cobertura de zonas en las que, de manera puntual, se dan cita un gran número de personas (por ejemplo, durante un evento).

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Dependiendo del radio de cobertura de la celda, las small cells se dividen en:

  • Microceldas, que no suelen sobrepasar los 2 kilómetros de radio de alcance y tienen como objetivo dotar de cobertura espacios urbanos y rurales con un nivel mucho mayor de capilaridad (es importante tener en cuenta que, en zonas rurales, con un único emplazamiento se llegaba a cubrir un pequeño municipio). El uso de las microceldas, realmente, no es algo nuevo y se utilizan en las zonas urbanas para dotar de cobertura zonas de gran densidad de población.
  • Picoceldas, que tienen como objetivo ofrecer cobertura en el interior de espacios en los que se concentran un elevado número de usuarios, por ejemplo, un edificio de oficinas, un centro comercial o, incluso, en el interior de un avión. Gracias a estas celdas, que tiene un radio de cobertura de alrededor de 200 metros, es posible ofrecer cobertura móvil en lugares «en sombra» o en los que hay severos problemas de recepción de señal sin necesidad de realizar costosos despliegues de infraestructuras puesto que es posible cursar todas las comunicaciones a través de una conexión de datos que haga de puente con la red del operador.
  • Femtoceldas, que tienen como ámbito de aplicación espacios pequeños como pequeñas oficinas u hogares (ofrecen unos 10 metros de radio de cobertura) y cuyas estaciones base pueden ofrecer servicio para 2-8 dispositivos móviles (dependiendo del tipo de estación base que se utilice). En este esquema, la estación base se conecta a una conexión de banda ancha doméstica y extender el servicio móvil rápidamente y de una manera muy cómoda; una facilidad que ya se oferta a las empresas bajo el nombre Mi Cobertura Móvil de Movistar.

Combinando los tres tipos de small cells con las macroceldas tradicionales, el servicio a ofrecer a los usuarios mejorará sustancialmente, algo que sumado a la evolución tecnológica permitirá satisfacer el crecimiento de la demanda de los usuarios, tanto la actual como la futura. De hecho, según algunas proyecciones, se espera que para el año 2014 se desplieguen alrededor de 5 millones de small cells y, en 2016, se podrían alcanzar los 20 millones de small cells desplegadas al año.

Además de la consiguiente mejora de la cobertura y la eficiencia en el uso del espectro, las small cells nos abren la puerta a un nuevo ecosistema de aplicaciones y servicios que ofrecer a los usuarios. Dentro de una picocelda sería posible ofrecer acceso a aplicaciones corporativas o de control de accesos y, en el ámbito del hogar, es decir, en una femtocelda, el usuario podría interactuar con los dispositivos instalados en su casa y, por ejemplo, sincronizar su música con un equipo hi-fi o controlar el sistema de climatización de manera remota.

Aunque pueda parecer que las small cells están enfocadas en el ámbito de las redes móviles (GSM, UMTS, HSPA o LTE), también existen para otro tipo de redes como pueden ser WiMax o, incluso, para ofrecer cobertura Wi-Fi (aunque en este caso sea en una banda de frecuencias libre), creándose así un entramado de celdas y tecnologías de acceso radio (conocido como HetNet) con el que siempre ofrecer el mejor servicio a los usuarios.

Imagen: Small Cell Forum

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