Gracias a las videoconferencias podemos reunirnos y hablar con familiares, amigos, clientes o compañeros de trabajo. Una tecnología asequible y económica que acorta distancias y que ofrece audio y vídeo en tiempo real. Sin embargo, ya se trabaja en el siguiente paso en la evolución de las reuniones a distancia: la telepresencia holográfica.
Combinando tecnologías como el 5G, la realidad aumentada o el edge computing, podemos acortar todavía más las distancias físicas y juntar a personas situadas a kilómetros en un mismo espacio mediante hologramas que transmiten una sensación de mayor cercanía y mezclan el mundo físico con lo virtual.
Más pronto que tarde, por ejemplo, las reuniones serán mucho entretenidas mediante la integración de los citados hologramas y de la telepresencia. Ambos serán una herramienta para ahorrar costes de viajes y mejorar las comunicaciones entre sucursales o con clientes a kilómetros de distancia.
Diferencias entre telepresencia holográfica y videoconferencia
La videoconferencia, como todos sabemos, se ha convertido en una herramienta habitual en millones de hogares, oficinas, escuelas y universidades. Aunque ya se usaba con relativa frecuencia, la pandemia de coronavirus impulsó su uso debido al aislamiento de posibles infectados o por motivos de cuarentena general.
Para realizar una videoconferencia solo se necesitan dos pantallas, una buena conexión a Internet, dos cámaras y una aplicación que haga el resto del trabajo. Con eso, obtendremos imagen en movimiento y sonido en tiempo real para reuniones, entrevistas, dar clase o incluso para hablar entre médico y paciente en una consulta médica a distancia.
La telepresencia holográfica, en cambio, va más allá. Seguimos necesitando, al menos, una pantalla, una buena conexión a Internet y una sala o cabina de telepresencia. Esa cabina cuenta con micrófonos, cámaras y sensores que se encargan de capturar en tiempo real el movimiento de una persona. El resultado es una figura en 3D que recrea lo más fielmente posible a la persona capturada. Esa figura será vista a través de una pantalla o de unas gafas de realidad aumentada interaccionando con el espacio físico en el que están el resto de conferenciantes.
Telepresencia holográfica y Telefónica
En el pasado Mobile World Congress de 2022, Telefónica entrevistó a la campeona olímpica de bádminton Carolina Marín. La peculiaridad era que la entrevistada se encontraba a 600 Km distancia. Lo habitual hubiera sido mostrar una pantalla con su rostro, a través de una videoconferencia. Pero en su lugar, se empleó la tecnología conocida como telepresencia o, más exactamente, telepresencia holográfica.
Para ello, Carolina Marín estaba en una sala de captura que, mediante realidad y 5G, mostraba una recreación suya en tres dimensiones. No un avatar caricaturizado. Una recreación volumétrica completa lo más fiel a su persona. No se podía tocar pero sí hablar con ella en tiempo real. Eso sí, para ver a la entrevistada era necesario contar con una pantalla o su equivalente tecnológico más avanzado, unas gafas de realidad aumentada tipo Hololens.
Para hacernos una idea de lo que supone la telepresencia holográfica, la sala de captura de Telefónica cuenta con 12 cámaras Intel Realsense que captan imagen y volumen. El resultado, 50 gigabits de información por segundo que procesa en tiempo real un software llamado Evercoast en servidores de alto rendimiento de HPE (Hewlett Packard Enterprise). Luego se envía la imagen procesada a servidores de Edge Computing con procesadores intel Xeon Scalable y, empleando las Intel Advanced Volumetric Libraries, se procesa de nuevo el holograma para enviarlo a un PC, una tableta o unas gafas de realidad aumentada.
Google y sus cabinas de telepresencia
Bajo el nombre de proyecto Starline, Google también trabaja en un sistema de comunicación 3D basado en telepresencia o telepresencia holográfica. Por ahora se trata de prototipos, pero ya ha empezado a instalarlos para probar su propio sistema de telepresencia y que mostró y probó en 2021.
La idea es que dos personas hablen la una con la otra a tamaño real y en tres dimensiones. Y el propósito de Google es aplicar esta tecnología a todos los sectores y ámbitos profesionales. Desde telemedicina a reuniones de trabajo, soporte técnico, etc. Con esta tecnología se unen lo virtual o lo físico en tiempo real para así poder ver a una persona de pies a cabeza y facilitar tareas como revisiones médicas, presentaciones y entrevistas, compras a distancia de ropa y calzado y un largo etcétera.
Para ello se emplean dos salas o cabinas de telepresencia. Estas instalaciones cuentan con una pantalla, cámaras, altavoces, micrófonos, un ordenador y una unidad con retroalimentación infrarroja. Que es donde se coloca cada individuo. El resultado es una versión en tres dimensiones de la videoconferencia tradicional. Convierte, literalmente, una pantalla en una ventana a través de la que hablar con otra persona, recreada fielmente.
