Actualmente, hablar del tiempo en la pantalla de dispositivos electrónicos es tan inevitable como hablar de meriendas o tareas escolares. Móviles, tabletas, computadoras y televisores están en todas partes, y los niños crecen inmersos en ellos.
Sin embargo, la ciencia nos recuerda que la exposición excesiva no es un juego: puede afectar habilidades cognitivas, sociales y hasta la forma en que los pequeños manejan sus emociones (Xataka, s.f.).
Los especialistas coinciden en que el desafío no está en prohibir; sino en encontrar un equilibrio realista. Porque sí, la tecnología puede ser divertida y educativa, pero necesita límites claros. Todo está en acompañar a los hijos para que lo digital no sustituya lo humano.
Si quieres saber cuánto tiempo es recomendable según la edad y qué otros factores importan tanto como las horas frente a una pantalla, sigue leyendo. Aquí lo desmenuzamos todo paso a paso.

¿Qué recomiendan los profesionales sobre el tiempo en la pantalla?
Médicos y psicólogos sugieren que la cantidad de horas frente a pantallas varíe según la etapa de crecimiento. No es lo mismo un bebé que un adolescente. Las necesidades, la atención y el impacto en el desarrollo cambian. Veamos las recomendaciones del tiempo en pantalla por fases.
Primera infancia: de 0 a 2 años
En esta etapa la consigna es clara: evitar el tiempo en la pantalla; salvo excepciones muy puntuales, como videollamadas con familiares.
La interacción directa con padres y cuidadores es insustituible. Un cuento leído o una canción cantada en vivo siempre gana frente a un video animado.
Preescolar: de 2 a 5 años
Los expertos recomiendan un máximo de 30 minutos diarios y siempre bajo supervisión (Copakids, 2024). Aquí importa tanto la calidad del contenido como el acompañamiento. Es decir, un programa educativo puede ser valioso, pero nunca debería sustituir al juego libre o a correr en el parque.
Primaria: de 6 a 12 años
Aquí el rango es más flexible: hasta una hora diaria suele considerarse razonable (Continental Hospitals, s.f.). Eso sí, no todo vale. Ver caricaturas puede ser relajante, pero combinarlo con aplicaciones educativas o documentales breves puede marcar la diferencia. Además, este es el momento ideal para empezar a enseñar hábitos de autorregulación.
Adolescencia: a partir de los 13 años
En este caso, se habla de un máximo de dos horas diarias de ocio digital (Copakids, 2024). Siempre se busca fomentar un consumo consciente. Las redes sociales, series y videojuegos no son un problema si se equilibran con ejercicio, estudio y, por supuesto, interacción cara a cara.
A estas edades es donde los padres deben estar más atentos al contenido que al simple cronómetro del tiempo en la pantalla.

¿Cuáles otros aspectos son cruciales además del tiempo en la pantalla?
El reloj no lo es todo. Si bien los límites en minutos son necesarios, existen factores que pesan igual o más en la experiencia digital de los hijos. Estos son los siguientes:
- Tipo de contenidos. No es lo mismo un video violento que un documental sobre animales. La calidad del material marca la diferencia en lo que aprenden y absorben.
- Interacción con adultos durante el consumo. Ver un programa educativo junto a un padre permite explicar, comentar y reforzar valores.
- Reglas familiares claras. Establecer horarios sin pantallas en la mesa o antes de dormir ayuda a crear rutinas saludables y a evitar conflictos.
En resumen, no se trata solo de contar minutos, sino de darle sentido y contexto a cada experiencia frente a la tecnología.
Preguntas frecuentes sobre el tiempo en la pantalla
Sabemos que este tema genera dudas en todas las casas. Aquí respondemos algunas de las más comunes:
- ¿Cuánto tiempo es demasiado? Si el niño empieza a dejar de jugar, leer o convivir por estar frente a una pantalla, ya es demasiado, aunque no haya superado “el límite oficial”.
- ¿Qué pasa si un niño excede el límite? Puede afectar su sueño, su rendimiento escolar y su capacidad para concentrarse. Y, además de estos problemas, el exceso puede generar frustración. Todos sabemos lo molesto que es el buffering en medio de un video. Lo mismo pasa cuando la mente de un niño se satura con pantallas.
- ¿Qué tipo de contenido es recomendable? Programas educativos, apps creativas y documentales cortos. Evita materiales con violencia explícita o estímulos excesivos.
- ¿Cómo establecer reglas sanas en casa? Hacer acuerdos en familia, mantener coherencia y, sobre todo, predicar con el ejemplo: si los padres pasan todo el día en el móvil, los hijos copiarán.
Tiempo en la pantalla: la tecnología como herramienta de apoyo
En lugar de demonizar la tecnología, es mejor verla como un aliado. El secreto está en no usarla como “niñera digital”, ni como sustituto de la convivencia. Un videojuego puede ser divertido si luego se conversa sobre la estrategia; una serie puede ser enriquecedora si se comenta en familia.
El reto para los padres está en acompañar, orientar y equilibrar. Al final, el tiempo en pantalla no es enemigo: es solo una parte de la vida moderna que, bien gestionada, puede enriquecer el desarrollo de los niños. Eso sí, que nunca quite espacio a lo más importante: ¡compartir momentos reales!

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Referencias Bibliográficas:
- Continental Hospitals. (s.f.). Pautas sobre el tiempo frente a la pantalla para niños.
- Copakids. (2024, 23 de octubre). Screen time and your child’s health: Tips for setting healthy limits.
- Xataka México. (s.f.). Cuánto tiempo deben pasar niños frente a pantallas: qué dice la ciencia.
- Xataka. (s. f.). Móviles, tablets, televisiones… ¿Cuánto tiempo deben pasar los niños delante de las pantallas?









