USB-C no sólo es un conector reversible que ha reducido su tamaño, también ayudará a unificar y acabar con muchos puertos hasta ahora necesarios.
El conector USB Type-C, o USB-C, como ya le conoce la mayoría de usuarios, sigue dando mucho que hablar, y es que se acusa a las compañías, y en concreto a Apple, de implantarlo demasiado rápido como opción exclusiva en los nuevos portátiles que ha ido lanzando desde el MacBook en 2015, Sin embargo, de lo que no se habla tanto es de sus verdaderas ventajas, más allá de ser reversible y tener un tamaño considerablemente menor al del USB-A que llevamos usando más de 20 años.
Lo más importante es saber que USB-C es sólo el conector, es decir, la forma física que la USB-IF decidió para el nuevo puerto universal que llegaría para suceder a USB-A. Por lo tanto, como conector, su única ventaja per se es el mencionado tamaño y su característica de reversibilidad. Sin embargo, es compatible con muchos protocolos asociados tradicionalmente a conectores de mucho mayor tamaño.
En primer lugar, USB-C es el sustituto ideal de microUSB y de USB-A. En el caso del primero, como sustituto ideal para smartphones, tablets, cámaras… En el caso del segundo, pues como puerto universal en cualquier dispositivo de los miles que hasta ahora lo han empleado, desde ordenadores hasta lámparas LED de escritorio. Además, permitirá a los smartphones llegar a velocidades de USB 3.1 Gen 2, las cuales nunca se han conseguido con microUSB (si dejamos de lado el infructuoso puerto del Galaxy Note 3).
Además, gracias al soporte del protocolo Power Delivery, que no siempre está presente, los dispositivos pueden cargarse con una potencia de hasta 100W mediante cables y placas que lo soporten. Esto también hace posible que unos smartphones puedan cargar otros con cierta velocidad. Todo ello, como decimos, tiene que ser anunciado por el fabricante, un puerto USB-C puede simplemente soportar el protocolo USB 2.0 tan extendido a día de hoy.
Para los más exigentes la mejor noticia es que USB-C también es compatible con Thunderbolt 3, la conexión de datos más rápida del mercado que permite transferencias de archivos de hasta 40 Gbps, 8 veces más de la cifra teórica de USB 3.0. El ancho de banda de esta conexión es lo que propicia que mediante un dock o hub puedan conectarse, sin pérdidas de velocidad, múltiples discos duros, tarjetas SD, etc.
Por otra parte, USB-C soporta DisplayPort 1.2 y en el futuro 1.3, protocolos indispensables junto a HDMI 2.0, que también soporta, para obtener salida de vídeo 4K y 5K a 60 Hz. Para quien desee 8K a 60 Hz, algo lejano a día de hoy, se anunció que MHL también es compatible con USB-C, lo que permitirá, usando 4 canales, traer la resolución de los futuros 10 años.