El programa de coches autónomos de Toyota usará la tecnología blockchain para compartir datos y progresar más rápidamente en el proceso de innovación.
La tecnología blockchain se asocia indisolublemente a bitcoin. La moneda digital ha acaparado la mayor parte de la información relativa a esta base de datos distribuida. Pero evidentemente existen otros usos para un fenómeno técnico de estas características. Y es que el potencial es enorme, tanto en el ámbito bancario como en otras industrias. Una de las últimas aplicaciones la ha propuesto Toyota y tiene que ver con los coches autónomos.
El fabricante japonés lleva tiempo investigando la conducción autónoma. No es el único. De hecho la mayoría de compañías de automoción tienen programas avanzados para lanzar vehículos sin conductor. Y solo son una parte de la escena. Algunas de las empresas más potentes de tecnología de Silicon Valley también se han lanzado a desarrollar y probar prototipos. En China, Baidu también desarrolla su propio modelo, mientras que el buscador ruso Yandex se ha embarcado en un proyecto de microbús autónomo.
Con tantos actores investigando en la misma dirección, aunque cada uno por su lado, se podría decir que la colaboración es difícil. Pero hay algo en lo que todos están de acuerdo. La tecnología de conducción autónoma tiene que mejorar a base de pruebas y lo haría mucho más rápido si los distintos actores compartieran su información sobre sobre las mismas.
Este es uno de los objetivos de la colaboración e ntre el Toyota Research Institute y el MIT Media Lab. Ambos han creado un consorcio basado en herramientas de código abierto que permita compartir datos al sector.
De esta forma los fabricantes pueden obtener información acerca de cómo se desarrolla la conducción de otros vehículos. Todos los datos que puedan recoger los sensores de estos coches sirven para avanzar en las investigaciones.
La plataforma se ha creado con vistas a otros dos campos. Uno de ellos es la coordinación de los viajes que realizan las empresas como Uber o Cabify. El tercero es la información que se le puede pasar a las aseguradoras. Si el usuario accede, estas compañías podrán rebajar el precio de su seguro. A cambio el sector gana transparencia y evita posibles fraudes.
La tecnología de blockchain permitiría que toda esta información estuviera distribuida por una red. No es necesario que los datos se contengan en un solo punto. Se puede acceder a ellos con facilidad a pesar de su deslocalización.
Imágenes: aaron_anderer, MashrikFaiyaz
