China cuenta con los ordenadores más potentes del mundo, por delante de Estados Unidos. ¿Cuál es la posición europea y española en supercomputadores?
Desde hace años, China se enorgullece de albergar algunos de los mejores ordenadores del mundo. En 2013, por ejemplo, la computadora Tianhe-2 encabezaba el listado de TOP500 de supercomputadores más potentes del mundo, seguido de Titán, de fabricación estadounidense.
Tres años después, otro ordenador de origen chino alcanza el podio en esta peculiar recopilación. Sunway TaihuLight, con un rendimiento de 93 petaflops, ha sido desarrollado por el Centro Nacional de Investigación de Computación Paralela, Ingeniería y Tecnología de Wuxi, en la parte oriental del país.
China, líder mundial en supercomputación
El liderazgo asiático inclina por primera vez la balanza hacia China. Hasta la fecha, Estados Unidos contaba con el mayor número de supercomputadores recogidos en el listado de TOP500. La cifra actual es de 165 ordenadores norteamericanos, mientras que el número de supercomputadores chinos es de 167. En la última década, el desarrollo tecnológico del país oriental ha sido espectacular: ha pasado de tener sólo 28 ordenadores de este tipo, ninguno entre los treinte más potentes, hace diez años a ser líder mundial en supercomputación.
China y EEUU luchan anualmente por liderar la innovación en el ámbito de los supercomputadores. ¿Pero qué ocurre con la Unión Europea? En el top 10 de los ordenadores más potentes del mundo, sólo Suiza y Alemania logran meterse en este selecto listado. El Piz Daint, inaugurado en 2014 en el Swiss National Supercomputing Centre de Lugano (Suiza), es el supercomputador europeo más rápido. Cuando se actualizó hace dos años, este supercomputador era el sexto mejor del mundo, aunque ahora su posición ha caído hasta el octavo lugar. Justo detrás está el Hazel Hen, un ordenador ubicado en el Höchstleistungsrechenzentrum (HLRS) de Stuttgart (Alemania).
Entre los diez supercomputadores más potentes del planeta únicamente hay dos procedentes del «viejo continente». China, Estados Unidos, Arabia Saudí y Japón completan los países que forman parte del top 10 de países en supercomputación. El retraso europeo en este campo de la I+D+i se originó en 2013, cuando Europa pasó de tener tres superordenadores entre los diez mejores (dos procedentes de Alemania y uno de Italia) hasta caer a ese 20% en el que nos encontramos en la actualidad.
El listado de supercomputadores tampoco invita al optimismo en el caso de España. Nuestro mejor ordenador es el Mare Nostrum, situado en el Barcelona Supercomputing Center, que se encuentra en la posición 106 del TOP500 de supercomputación. A pesar de no estar entre los sistemas más potentes del mundo, sus aplicaciones incluyen la colaboración en proyectos internacionales como el Human Brain Project o la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea. La participación en estas iniciativas muestra la gran diversidad de usos que puede presentar una supercomputadora.
El rápido crecimiento de China en los últimos años muestra que hay posibilidades de mejorar nuestra posición en el desarrollo de los superordenadores. Lograrlo nos permitiría avanzar en investigación científica y técnica, además de implementar modelizaciones que pueden ser clave, por ejemplo, en la lucha contra el cibercrimen.
Imágenes | Barcelona Supercomputing Center, Argonne National Laboratory (Wikimedia)
