Madrid es una de las ciudades que ha tenido la oportunidad de probar la versión piloto de Decumanus, un sistema para controlar el medio ambiente mediante monitores. La tecnológica Indra lidera el proyecto, que ha contado con la financiación de 3,5 millones de euros por parte de la Unión Europea.
La protección de la Tierra es uno de los asuntos más importantes que el hombre debe confrontar en la actualidad. La amenaza del cambio climático está cada vez más presente y sus consecuencias empiezan a manifestarse en el entorno. Cuestiones como la calidad del aire, el clima urbano y la eficiencia energética requieren una atención capital por parte de los órganos de gobierno de las ciudades, países y comunidades políticas de todo el mundo. Su debido cuidado y observación son clave para mantener el bienestar de las personas, especialmente en las grandes ciudades, donde los niveles de contaminación se disparan con frecuencia.
Por fortuna, la preocupación alrededor de este tema aumenta entre las grandes organizaciones, del mismo modo que lo hacen las medidas y técnicas que se aplican para controlarlo. En este contexto, el pasado 4 de noviembre entró en vigor el Acuerdo de París, un pacto histórico en la lucha contra el cambio climático que abre un camino, reconociendo la gravedad del problema y la responsabilidad de los seres humanos al respecto. Entidades como Telefónica han mostrado recientemente su respaldo hacia el acuerdo en el anuncio de sus objetivos globales de Energía y Cambio Climático. La compañía ha decidido apostar por energías renovables como fuente sostenible para el negocio y se ha comprometido a reducir a la mitad el consumo de energía por unidad de tráfico.
Decumanus, un sistema para controlar el medioambiente
Ahora, algunas grandes urbes europeas han tenido la oportunidad de ser las primeras ciudades en probar la versión piloto de Decumanus, un sistema para que los ayuntamientos y los propios ciudadanos puedan controlar el medio ambiente en su ciudad mediante monitores. La innovadora tecnología informa con detalle y de manera abundante sobre eficiencia energética, clima urbano o calidad del aire.Por su parte, la selección de las ciudades se ha debido a la variedad de sus principales problemas en este tema. Por ejemplo, Amberes adolece la pérdida de calor de las calefacciones; Helsinki sufre el riesgo de inundaciones; y Madrid soporta una deficiente calidad del aire. La denominación de la herramienta tiene su origen en el término que se empleaba en el Imperio Romano para la planificación urbanística.
La tecnológica Indra, junto a diversas empresas, ha liderado este proyecto, que ha contado con la financiación de 3,5 millones de euros por parte de la Unión Europea, dentro uno de sus programas de investigación. El sistema funciona mediante la combinación de datos obtenidos de la tecnología espacial, el Internet de las cosas, el Big Data y las técnicas de análisis de datos (Data Analytics). Gracias a estas técnicas, Decumanus podrá detectar edificios con baja eficiencia energética y calcular el coste de su rehabilitación, analizar las zonas con peor calidad del aire y conocer las causas, e identificar problemas de salud provocados por la situación medioambiental. Asimismo, el mecanismo permite reconocer el grado de conectividad entre distintas zonas y monitorizar los cambios poblacionales para observar si los serviciosproporcionados se adecuan a las necesidades de los ciudadanos.
Para ello, la herramienta cuenta con más de 90 indicadores agrupados en siete áreas: clima urbano, salud, uso del suelo, calidad del aire y del agua, eficiencia energética y variaciones del volumen de población. Por ejemplo, el apartado del clima se compone de datos sobre precipitaciones, temperaturas y olas de calor, entre otros; el del suelo aporta información sobre las zonas verdes o la distribución de los edificios; y el grupo poblacional proporciona datos sobre los posibles cambios ante el aumento del nivel del mar y las inundaciones.
Preocupación por las urbes
El proyecto fue ideado y llevado a la práctica en un periodo de 30 meses. Diversos organismos y universidades han participado en el proceso, que ha contado con Helsinki, Amberes, Londres, Madrid, y Milán como usuarios finales. Aunque las ciudades generen el 75% del PIB mundial, también son responsables del 70% de las emisiones de CO2, por lo que esta herramienta resulta de enorme ayuda para los ayuntamientos en el control de la eficiencia de las ciudades. En Madrid, el sistema se aplicó a los edificios antiguos del barrio de Chamberí para identificar aquellos que requirieran una rehabilitación urgente, así como el coste que supondría. Por otro lado, en Amberes se analizó la temperatura de los tejados para revisar la pérdida de calor. Los datos fueron posteriormente reproducidos en un mapa online representado por colores, de manera que los ciudadanos pudieran apreciar esta circunstancia.
Estamos frente a un proyecto que pretende rediseñar las ciudades con la finalidad de mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Asistiendo a los ayuntamientos y a las personas, Decumanus permitirá que todos tomemos decisiones que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático, con la esperanza de que en de cien años no hagan falta más proyectos como este.