En muchas culturas y entornos sociales la menstruación puede ser un tabú. Pero la realidad es que las mujeres tienen la regla durante unos 40 años de su vida. Los productos de higiene han evolucionado mucho, sin embargo, los más utilizados siguen siendo las compresas y los tampones. Ambos conllevan grandes desventajas tanto la salud íntima como para el medio ambiente. Te descubrimos la solución: la copa menstrual.
¿Alguna vez te habías preguntado qué suponen los productos de cuidado de la menstruación para el entorno? El principal problema de los tampones, las compresas y los salvaslips es el tiempo que tardan en biodegradarse. La cifra asusta: las compresas y aplicadores, que suelen estar hechos de plástico, tardan más de 300 años en desaparecer.
Según un estudio realizado por Women’s Environmental Network (WEN), solo en Reino Unido las compresas y los tampones generan cerca de 200.000 toneladas de basura al año.
Si tenemos en cuenta que las mujeres tienen la menstruación durante 40 años, se estima que el gasto individual oscila entre 7.000 y 8.000 tampones o compresas. Sin embargo, si utilizaran copa menstrual, solo tendrían que consumir cuatro copas a lo largo de toda su vida. Esto suena muy bien, pero ¿qué es y cómo funciona realmente una copa menstrual?
Actualmente, existen casi 200 marcas de copas menstruales
La copa menstrual es un artículo de higiene femenina, que pretende sustituir al resto de productos. A diferencia de los tampones, es reutilizable y puede usarse durante 12 horas, dependiendo siempre de su capacidad. Otra de las principales ventajas de este producto es que no altera la flora vaginal, puesto que está fabricada de silicona de grado médico no genera ningún tipo de residuo.
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Además de los beneficios que supone para la salud femenina, implica un gran ahorro. El uso de otros métodos higiénicos durante la menstruación puede conllevar un gasto de entre 40 y 50 euros anuales. Mientras que la copa menstrual acarrea un único pago de 20 euros, ya que una misma copa puede ser utilizada durante 10 años.
La marca catalana Eureka! cup es la encargada de haber lanzado al mercado la única copa con 10 años de vida útil. Esto equivale a casi 2.000 tampones, que, como hemos mencionado, tardan una media de 300 años en biodegradarse.
Una de las preguntas más frecuentes es qué ocurre si necesitas cambiarte la copa estando fuera de casa. No habría ningún problema. Simplemente, habría que vaciarla, limpiarla con una toallita húmeda y volver a colocársela sin problema. Aunque lo más recomendable siempre sea hervirla en una olla.
Otra pregunta habitual es si se puede hacer deporte o meterse al agua llevándola puesta, la respuesta es sí. Ponérsela mal es prácticamente imposible, por lo que pasará desapercibida por completo, tanto para tu cuerpo como para el medio ambiente.