Según un estudio de la empresa norteamericana Gartner, el crecimiento de valor de negocio de la IA será exponencial en los próximos cinco años. En 2018 alcanzará un total de 959 millones de euros, un 70% más que el año pasado; y en 2022 seguirá aumentando hasta los 3,21 billones de euros.
En 2001 se estrenó la película AI Inteligencia Artificial, una historia enternecedora sobre el amor de un robot hacia su madre humana. A día de hoy, después del boom tecnológico que hemos vivido, a nadie le sorprendería que en 30 años fuésemos capaces de enamorarnos del sistema operativo de nuestra casa inteligente, como en la película Her.
Ya estamos viendo cómo, poco a poco, la Inteligencia Artificial se introduce en nuestro día a día. Un ejemplo curioso de ello ocurrió hace unos días en las elecciones a la alcaldía celebradas en Tama, localidad de Tokio. Aparte de los habituales candidatos de carne y hueso, se encontraba Michihito Matsuda, la primera inteligencia artificial que se presenta a unas elecciones. A pesar de no ser humano, fue el tercer candidato más votado, con un total de 4.013 votos.
Sin duda, la IA es ya una realidad en muchos ámbitos, y las empresas están enfocándose cada vez más en ella. Así lo ha predicho en un estudio la empresa Gartner, encargada de realizar análisis de negocios. En este estudio la firma estadounidense estima que para 2022 el crecimiento del valor de negocio de la IA alcanzará un total de 3,21 billones de euros. Bastante más que los 959 millones de euros que se estiman de cara a 2018 –un 70% más que en 2017-.
Aparte de estos datos, Gartner también explica en un comunicado que este incremento que vivirá la IA será como el del resto de tecnologías emergentes: en los primeros años se producirá de forma vertiginosa y, poco a poco, se irá ralentizando. El patrón de crecimiento “en forma de S”.
¿Cuáles serán las principales fuentes de valor de negocio?
La empresa estadounidense señala que habrá tres fuentes de valor, principalmente. La primera será relativa a mejorar la experiencia del cliente por parte de las empresas, con herramientas interactivas como los agentes virtuales. La segunda serán los nuevos ingresos producidos por la venta de productos y servicios –tanto nuevos como actuales-. Y la tercera se basará en la reducción de costes a la hora de realizar esos productos.
De momento nadie sabe si dentro de unos años la ficción se convertirá en realidad y podremos ver a robots con sentimientos tan humanos como el amor o la tristeza. Lo que sí que está claro es que la Inteligencia Artificial se irá introduciendo cada vez más en nuestra vida y, de alguna forma, no parará de mejorarla.