La inteligencia artificial diagnostica enfermedades, produce contenido artístico, detecta fallos y averías, localiza planetas, e incluso te ayuda a encontrar tu próximo trabajo. Pero también crea nombres para cervezas, rellena silencios incómodos en conversaciones, o inventa dioses.
Ya no hablamos de que la inteligencia artificial (IA) será una de las tendencias de 2018, sino que avanzamos las distintas aplicaciones que ésta tendrá. Para 2018 en concreto se espera que cada vez más empresas de todos los tamaños abracen la inteligencia artificial en cualquiera de sus variantes, pero también nuestras propias casas, donde cada vez más objetos interactuarán con nosotros mediante interfaces conversacionales.
La inteligencia artificial ha llegado para hacernos a los inteligentes naturales (los humanos…) un poco más listos, o, al menos más eficientes. Así, este pasado 2017 hemos visto soluciones IA que nos han ayudado a combatir la depresión y a detectar enfermedades; a conducir barcos, coches, y otros medios de transporte; a dirigir el tráfico en ciudades, a componer piezas musicales o literarias; a hablar con nosotros y solucionarnos dudas, o detectar averías incluso antes de que se produzcan en las más diversas instalaciones y maquinarias (desde trenes a centrales nucleares).
La Guerra Fría del siglo XXI
De hecho, es tal el abanico de aplicaciones que la inteligencia artificial presenta en cualquier campo, que muchos países han centrado su particular Guerra Fría del siglo XXI en el desarrollo de esta tecnología. China y Rusia, por ejemplo, lo han convertido en cuestión de estado, compitiendo abiertamente contra Estados Unidos.
Este avance en según qué países podría tener consecuencias, sin embargo, en la vida política tanto de estos países como del resto de los estados del panorama internacional, y es que, ya se están creando grandes bases de datos, proporcionados por los sistemas inteligentes, que permiten controlar a determinados sectores de la sociedad, o incluso alertar a las autoridades cada vez que determinada palabra es mencionada en una conversación, como ya sucede en China. ¿Seguridad? ¿Censura?
Soluciones sorprendentes de IA
Esta alarma que le salta a la policía china cada vez que en una conversación sale a relucir determinada palabra es sólo una de las soluciones desarrolladas con inteligencia artificial que podemos encontrar. Parece salida de una película de James Bond, o de cualquier episodio de Black Mirror, y sin embargo no es la aplicación más llamativa que veremos. Junto a las soluciones que nos facilitarán la vida, van surgiendo también las más frikis. A continuación, os dejamos 8 de las IAs más llamativas que hemos visto en los últimos meses:
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El chatbot de los últimos días: cuando una persona se sabe pronta a fallecer, ¿a quién tiene la necesidad de contactar y confiarse? ¿Un párroco?, ¿Un abogado?, ¿Aquel familiar con el que no se habla y con el que se quiere reconciliar? En cualquier caso, y de ahora en adelante, puede que con quien nos comuniquemos cuando nos queda poco tiempo en esta vida es con un chatbot. Así, la organización del funeral, las últimas voluntades, o incluso las inquietudes espirituales podrían verse resueltas gracias al bot creado en la Northeastern University (Boston, EEUU). Este chatbot permite al usuario expresar sus inquietudes sobre el final de la vida sin que nadie les juzgue, según los creadores.
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El chatbot que rellena los silencios incómodos: Seguimos con chatbots, y éste (creado para Facebook) nos encantaría tenerlo en Tinder y esos primeros momentos de conversación Qué-tal-bien-y-tú-bien. Al introducirle al bot gustos y características, los investigadores pretenden dotarlos de personalidad, lo que crearía un mayor engagement con los usuarios.
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El asistente personal que se ríe de ti: Alice es rusa, y es un poco borde. Este asistente personal ha sido desarrollado con fragmentos de conversaciones disponibles en Internet, artículos, e incluso literatura rusa. Este cocktail ha dado como resultado un asistente personal al estilo Siri, pero mucho más irónico, ácido, y políticamente incorrecto. Y esto a los rusos parece encantarles, ya que cada día Alice atiende a 1,5 millones de usuarios activos. Eso sí, sus creadores han confesado que deberán estar alerta para que su sentido del humor no pase de castaño a oscuro y acabe diciendo los mismos disparates que decía Tay.
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La Iglesia de la Inteligencia Artificial de los Últimos Días: para el programador Anthony Levandowski es muy probable que una inteligencia artificial se convierta en un dios. Way of the Future es la asociación religiosa que Levandowski ha fundado, y cuyo objetivo es el de “desarrollar y promover una deidad basada en inteligencia artificial que contribuya a la construcción de una sociedad mejor”. Y no está solo; tecnólogos como Ray Kurzweil o Vince Lynch le siguen en su planteamiento. Parece que pronto podrían reproducirse las leyendas de la mitología clásica girando alrededor de toda una miríada de dioses de IA especializados en distintas virtudes, como otrora sucedió con Atenea, Poseidón, o Eros.
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Baratobarato, el chatbot que te ayuda a regatear: regatear es un talento natural; o se te da bien, o te da reparo proponer otro precio, y acabas aceptando el trato. Pero a los chatbots esto les va a salir de manera automática. Unos asistentes virtuales desarrollados por Facebook podrían encargarse muy pronto en tu nombre de lidiar con comerciales y reservar las próximas vacaciones, realizar esa compra importante (como una casa) o un seguro. Pero lo harán regateando, buscando el acuerdo más beneficioso para ti. ¿Confiarías en un bot para regatear el precio de tu vivienda?
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El reconocimiento facial más animal: el reconocimiento facial a estas alturas de la película no es ya ninguna novedad. Numerosos modelos de teléfonos móviles lo incorporan en su tecnología como una manera, por ejemplo, de desbloquear el terminal. Pero ahora las vacas también podrán ser reconocidas facialmente. Un nuevo sistema basado en inteligencia artificial, desarrollado por una empresa del sector de la agricultura y otra de «machine-vision», reconocerá en pocos segundos al bovino, casi mejor que el propio granjero. Este reconocimiento facial irá combinado con cámaras que registrarán qué, cuánto y cuándo comen los animales, así como la cantidad de agua que beben, y monitorizarán incluso la temperatura o latidos del corazón. Con toda esta información, se podrá saber qué leche proviene de qué vaca, y será posible anticiparse a enfermedades del animal, pero también incrementar su productividad y rentabilidad. Este sistema podría aplicarse muy pronto igualmente sobre cerdos o incluso peces de piscifactoría. ¿Alguien dijo “implicaciones éticas”?
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Pale Ale AI: ahora que la cerveza artesana lleva un tiempo de moda, las cartas de cervecerías y bares en general van más allá de la Mahou, Desperados, o Heineken. Los nombres de las cervezas adquieren tintes cada vez más sofisticados y alternativos, y para solventar la falta de inspiración que todos sufrimos de vez en cuando, y evitar que un nuevo brebaje quede sin nombre, una investigadora en redes neuronales, Janelle Shane, ha desarrollado una solución de inteligencia artificial que nombrará las cervezas de manera automática. Gracias a esta IA brindaremos pronto con una Brother Panty Tripel, una The Vunker the Finger, o una Thrennt Rem Wine Barrel Aged Monkay Tripel. Pero la creación de nombres con IA no se queda ahí; en otra ocasión, Shane se entretuvo entrenando el sistema para que generara nuevas especies de peces o de insectos. Obtuvo animales como el gorgojo frutafrita o el escarabajo negro chupador. No me gustaría encontrarme a ninguno de esos en casa.
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Starring Nicolas Cage: no es el primer famoso en sufrir los efectos de la inteligencia artificial. Varios actores han visto su filmografía aumentar con títulos pornográficos, cuando nunca han participado en este género. Mediante técnicas de machine learning, los algoritmos son entrenados para sustituir imágenes por otras con datos similares, lo que permite sustituir las caras de actores de cine X por rostros de actores tradicionales. Estas aplicaciones para intercambiar rostros de personas se conocen ya como Deepfakes, y le hemos visto salidas más simpáticas que la de hacer que un famoso aparezca en cine X. Por ejemplo, la de Nicolas Cage. Gracias a estos sistemas de intercambio de rostro mediante inteligencia artificial, Cage aparece ahora en películas de Indiana Jones, Batman, o James Bond.
Sólo el tiempo decidirá si sobrevive alguna de estas soluciones, si conseguimos incorporarlas en nuestras rutinas diarias como ya tenemos incorporadas otras con completa normalidad, o las evoluciones y matices que adquieran con el tiempo.