La medicina regenerativa logra salvar la vida de diez niños. Válvulas artificiales fabricadas en el laboratorio consiguen superar los problemas congénitos de corazón que sufrían estos pequeños pacientes.
Hace algo menos de una década, médicos suizos lograron solucionar el problema congénito con el que habían nacido 10 niños: sólo poseían un ventrículo en su corazón, y no existía una buena conexión pulmonar entre este órgano y sus pulmones. Se consideraban como pacientes de alto riesgo, pero por fortuna, la ciencia había logrado avances importantes para salvarles la vida.
Para evitar su muerte prematura, los investigadores del Swiss Center for Regenerative Medicine pensaron en crear válvulas cardíacas en el laboratorio, con el objetivo de insertarlas en el corazón de estos niños. La finalidad no era otra que aprovechar la investigación traslacional de este centro de Zúrich para salvar la vida de estos diez pequeños.
La investigación fue liderada por el Dr. Simon Philipp Hoerstrup, director del centro de investigación suizo, y fue considerada como una iniciativa biomédica realmente pionera en la Unión Europea. Los diez niños que sufrían estos problemas de corazón contaban con una esperanza de vida máxima de 20 años. Sin embargo, el proyecto desarrollado por los científicos suizos permitiría en principio alargar la vida de estos pacientes, como explicaba Hoerstrup.
Las válvulas del corazón fueron fabricadas a partir de células madre, que son capaces de diferenciarse y dar lugar a cualquier célula adulta del organismo. Con esta tecnología biológica, los investigadores suizos fueron capaces de generar las válvulas cardíacas necesarias para ser implantadas en el órgano de estos diez niños.
Una vez que contaron con estas ‘válvulas artificiales’, los científicos realizaron una intervención quirúrgica conocida como procedimiento de Fontan. Esta operación consiste en un procedimiento a corazón abierto en niños que, o bien presentan un defecto en los vasos sanguíneos, o bien sufren este problema ventricular. La intervención se realiza haciendo un canal para evitar el ventrículo derecho (defectuoso o inexistente en estos niños), para que la sangre pase directamente a los pulmones para oxigenarse de nuevo.
Los primeros niños operados cuentan ahora con edades entre los 15 y los 20 años, por lo que el procedimiento quirúrgico puede considerarse por el momento como un éxito. Una vez que superen la veintena, se podrá confirmar que las válvulas de corazón fabricadas en este laboratorio suizo han sido un éxito para estos pequeños pacientes.
Como nos explicaba el Dr. Hoerstrup durante la visita al centro, «las células madre son hoy una alternativa real para solventar este tipo de problemas congénitos de corazón». El futuro quizás pase por la impresión 3D, aunque para ello esta nueva tecnología deberá superar algunos retos, ya que la fabricación celular a día de hoy no es del todo posible, pues provoca un estrés en dichas células importante.
Tal vez en el futuro problemas del corazón como el de estos niños pueda superarse con la ayuda de herramientas como las células madre y la impresión 3D. De momento, la salud de estos pacientes ha mejorado muchísimo gracias a la investigación e innovación en el campo de la medicina regenerativa.
Imágenes | Greg McMullin (Flickr), Ángela Bernardo