La revolución digital ha hecho que muchas opciones que utilizábamos en el pasado hayan quedado obsoletas por su inferior capacidad, pero el nuevo estándar de Bluetooth quiere romper todas las barreras y volver a disputar su puesto en materia de conectividad inalámbrica.
Hace unos meses hablábamos sobre la integración de los descodificadores en las propias televisiones para evitar tener cables molestos alrededor de los aparatos electrónicos. A colación de eso, recuerdo cuando en mi habitación tenía la televisión, el ordenador de mesa, el ordenador portátil, el equipo de música y sus respectivos cables repartidos por la mesa y por el suelo. Mi madre se volvía loca tratando de poner un orden general en medio de semejante caos, a lo que yo respondía: “Mamá, en unos años todo funcionará sin cables”. “Pablo, eso no lo verán mis ojos”, respondía ella escéptica.
Hace unos años que la revolución digital llegó para quedarse y convertirse en un pilar de nuestras vidas, y uno de los cambios que ha propiciado es la integración de muchos gadgets y dispositivos, acelerando la desaparición de muchos de esos cables que siempre estaban colgando por todas partes. En ese sentido, hemos evolucionado a una velocidad de crucero hacia una sociedad hiperconectada, desde smartphones pasando por wearables hasta todo lo relacionado con Internet de las cosas.
El resurgir de un entorno conocido
Es posible salir de casa sin llaves pero no sin el smartphone en el bolsillo. Un dispositivo en el que reunimos todas las necesidades diarias: las llamadas, la conexión por whatsApp con amigos, la cámara de fotos, el correo electrónico, la agenda y hasta el despertador. Eso sí, si abres el menú del teléfono, puedes encontrar una utilidad que acompaña a todos los dispositivos, y que ha ido perdiendo influencia con el paso del tiempo debido a su limitado alcance. Estamos hablando de Bluetooth. De hecho, era el sistema que utilizábamos para compartir música, imágenes, vídeos…
En este contexto, desde el consorcio Bluetooth Special Interest Group (SIG) se pretende una renovación del entorno inalámbrico para que esta tecnología no acabe en el olvido y sea una herramienta determinante en el mundo del “todo conectado” en el que vivimos. Un paso más en el progreso de la conectividad, que deja atrás Bluetooth 4.2 y da la bienvenida a Bluetooth 5.
¿Qué mejoras incorpora la nueva versión?
Sin duda, el tiempo y la evolución han hecho que este sistema de conexión se haya ido quedando a la deriva, pero, en el mundo de la conectividad total, Bluetooth se ha vuelto a alzar con fuerza para deshacerse de los eslabones que le habían anclado como mera herramienta sin uso. Una renovación que tiene visos de convertirse en un punto y aparte para comenzar una nueva vida:
- Bluetooth 5.0 está considerada como la mejor conectividad inalámbrica en años.
- Presenta el doble de velocidad y mejora la capacidad de transferencia de datos en un 800%.
- Tiene repercusión en los dispositivos conectados de Internet de las Cosas.
- Mejora el gasto de energía evitando un consumo excesivo de la batería.
- Posibilita la transmisión de voz y datos gracias a un enlace de radiofrecuencia.
En suma, Bluetooth Special Interest Group (SIG) quiere potenciar todo el rendimiento, eliminando con ello uno de los mayores problemas de este sistema, que no era otro que su alcance limitado, un hándicap que le había relegado a las catacumbas de los dispositivos móviles, a lo que se añadía también la mayor demanda de las conexiones WiFi y, sobre todo, la amenaza de la conexión LiFi.
Una manera de conectar un sinfín de dispositivos
Todas estas mejoras harán que comience una nueva partida en el escenario del “todo conectado”. Smartphones, auriculares, smartwatches, sensores, entre otros, serían los más beneficiados con esta particularidad en funcionamiento. Además, según las estimaciones, para el año 2020 uno de cada tres dispositivos de Internet de las Cosas contará con conexión Bluetooth 5.