Ferran Adrià y Telefónica pensando a lo grande

De Steve Jobs a Ferran Adrià: el poder de las pequeñas ideas

Sería una buena idea si no tuvieras un buen trabajo”. Esta fue la respuesta que recibió Jeff Bezos después de sentarse con su jefe, allá por 1992, y contarle que le rondaba la idea de vender libros por internet.

Hasta aquí, nada sorprendente pero, ¿quién diantres es Jeff Bezos? Pues es el fundador de Amazon. Años después, Jeff fue capaz de llevar a lo más alto una idea descabellada para muchos. Tenía fe en su proyecto y al final logro materializarlo.

Think Big nace con la vocación de impulsar esas iniciativas y proyectos para que no se queden en tierra de nadie, para materializar ideas.

Podríamos haber puesto el ejemplo de Steve Jobs o el de Bill Gates pero casi todos sabemos qué pasó, ¿verdad? Que si una universidad, que si un garaje, que si noches sin dormir…

Vayamos al producto nacional. La tercera persona más adinerada del mundo es un empresario leonés afincado en Galicia que ha creado una marca que viste a medio mundo. Sí, estás pensando bien, es Zara. Pero Amancio Ortega no empezó en una fábrica con decenas de trabajadores. Su proyecto comenzó a revolotear por su cabeza de forma mucho más austera con 14 años, como empleado de una pequeña tienda de ropa en Galicia, donde se tuvo que trasladar con su familia después de que a su padre, ferroviario de profesión, le destinaran allí.

Tampoco sucedió lo mismo con Ferrán Adriá. Este cocinero catalán llevó a su restaurante, El Bulli, a lograr las más altas cotas de distinción en certámenes gastronómicos internacionales. Pero Adriá estaba, en sus inicios, muy lejos de las cocinas. Inició estudios de Ciencias Empresariales pero ésta no era su vocación. Así que dejó la universidad y comenzó a trabajar de friegaplatos. Seguro que, entre vajilla y vajilla, le rondaba la idea de montar un gran restaurante. Y comenzó a visitar otros establecimientos para ver su forma de trabajar y qué podía aprender de ellos. Poco después entro en El Bulli y supo convertir algunos aspectos negativos del local en positivos.

Por ejemplo, el restaurante se veía obligado a cerrar de octubre a abril por el descenso del número de clientes, así que aprovechaba esos meses para innovar y cambiar la carta. Una receta, valga el símil, que ahora utilizan muchos otros establecimientos de este tipo, visto el éxito de El Bulli.

Todos estos personajes, sin saberlo, llevaban en su ADN el gen Think Big. El objetivo que persigue el proyecto es que todas las ideas alcancen la dimensión que merecen. Nuestro fin es darle a cada una de ellas el impulso necesario para aumentar su techo.

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