¿Qué hay de cierto en las supuestas mejoras de las capacidades cognitivas de los niños al escuchar música de Mozart de forma regular?
En 1993 un peculiar estudio publicado en la revista Nature atribuía supuestos beneficios en la inteligencia de los niños por el hecho de escuchar música de Wolfgang Amadeus Mozart desde edades muy tempranas. Este fenómeno relacionado con las melodías compuestas por el afamado compositor de música clásica fue acuñado dos años antes de la publicación del artículo como el “efecto Mozart” y desde entonces, tanto la industria musical como algunas escuelas privadas lo han utilizado como herramienta de marketing y reclamo publicitario. Pero veamos qué hay de cierto en el supuesto efecto Mozart.
A pesar de la buena prensa que tuvo esta técnica de estimulación cognitiva para niños y bebés, dichos beneficios no han podido ser corroborados por la comunidad científica. Sin embargo, dicho efecto sigue siendo hoy en día objeto de estudio, sin que nadie haya podido confirmar de forma fehaciente esta teoría.
Desde el anuncio de los supuestos beneficios tras escuchar de forma regular las melodías del mencionado autor, se pusieron en marcha una serie de iniciativas como la tomada en 1998 por el gobernador del estado de Georgia, Zen Miller, quien destinó fondos públicos para obsequiar con un CD de música clásica a cada una de las madres primerizas que diera a luz en su estado. La buena acogida de esta iniciativa se extendió por los estados de Dakota del Sur, Tenesse y Texas, e incluso una ley de Florida obliga a los centros escolares a que sus alumnos menores de 5 años escuchen 30 minutos diarios de música clásica.
Como hemos mencionado anteriormente los expertos no han podido refutar dicha teoría, pero en cualquier caso, lo que sí aseguran es que escuchar música clásica no tiene ninguna repercusión negativa en los niños. En cambio, hay cierta animadversión por el grado de explotación comercial del efecto Mozart, tal y como ha expresado públicamente Frances Rauscher, la investigadora y profesora de psicología de la Universidad de Wisconsin-Oshkosh que realizó el primer estudio experimental en 1993. De hecho, Rauscher explica en sus conferencias que no existe una evidencia científica que confirme la idea de que se incremente la capacidad cognitiva de los niños con esta técnica.
La publicación en la revista Intelligence de un estudio reciente llevado a cabo en 2010 por Jacob Pietschnig, Voracek Martin y Anton K. Forman, científicos del Instituto de Investigación Básica Psicológica de la Universidad de Viena, desmonta la idea generada en torno a este tema. Lo que sí revelan las diferentes pruebas realizadas es una cierta mejoría en la capacidad de manipular formas mentalmente, pero estos beneficios son temporales y están directamente relacionados con el grado de concentración que aporta la música en general, no sólo la de Mozart.
Estas conclusiones están también avaladas por los resultados estadísticos de 39 estudios de diferentes países, que con un total de 3.000 voluntarios desmotan la idea del efecto Mozart sobre la capacidad cognitiva de los niños, atribuyéndole el carácter de leyenda urbana. No obstante, la científica cognitiva de la Universidad del Oeste de Londres, Jessica Grahn, asegura que el aprendizaje del lenguaje musical, junto con la práctica regular del piano puede aumentar el coeficiente intelectual hasta en tres puntos.
En fin, mientras siguen investigando al respecto continuaremos disfrutando, solos o en familia, de una sesión de buena música, pero si además esta nos ayuda a ser un poco más felices, pues mucho mejor.
Imágenes | vía pixabay y Flickr – by seanomatopoeia–