impresión 3D

Una vitamina podría mejorar la impresión 3D de implantes médicos biocompatibles

La impresión 3D ha pasado de ser una buena promesa a convertirse en la gran esperanza para la producción industrial. También en medicina la innovación en los materiales utilizados podría revolucionar la fabricación de algunos implantes biomédicos.

En varias ocasiones en Think Big hemos hablado de la importancia de la impresión 3D como la futura revolución industrial de los próximos años. Sus múltiples aplicaciones en el campo de la medicina, sin duda, parecen no tener fin: desde novedosas prótesis robóticas, pasando por los trasplantes, hasta llegar incluso a la reconstrucción facial de víctimas del cáncer.

Tanto las prótesis como los implantes médicos son dos áreas realmente interesantes, donde el sector de la impresión 3D podría aportar su granito de arena. Además la entrada de un gigante como HP en esta industria abaratará, no cabe duda, la adquisición de una impresora 3D. ¿Pero cómo hacer que de verdad revolucione el mundo de la biomedicina, más allá de extraordinarios avances particulares?

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Eso fue lo que se preguntaron científicos de la North Carolina State University, cuyo objetivo se basaba en mejorar las técnicas actuales de la impresión 3D para realizar implantes médicos biocompatibles. Actualmente la metodología de estos investigadores se basa en usar una técnica conocida como polimerización de dos fotones.

¿Habría alguna forma de mejorarla, para así crear mejores implantes médicos biocompatibles? ¿Se podrían usar otros compuestos químicos, además de los fotorreactivos utilizados en la actualidad, para implementar la técnica? ¿Sería posible lograr todo esto sin disminuir la eficiencia de la producción?

La vitamina B2 podría ser clave para imprimir implantes médicos biocompatibles

La respuesta, publicada en la revista Future Medicine, parece afirmativa. El uso de la riboflavina, más conocida como vitamina B2, permitiría según estos científicos seguir manteniendo la eficacia de la impresión 3D, al mismo tiempo que se garantizaba que los implantes médicos producidos no presentaran ningún rastro de compuesto químico posiblemente tóxico.

El uso de estos segundos compuestos está claro: ayudan a transformar el líquido en un polímero sólido que puede adoptar variadas formas. Este mecanismo se logra gracias al uso de la luz, ya que se trata de compuestos fotorreactivos. El hallazgo de la riboflavina se une a la utilización de novedosos materiales, que facilitarán e implementarán la técnica de la impresión 3D.

impresión 3D

¿Quién nos iba a decir hace unos años que la vitamina B2 jugaría un importante papel en el funcionamiento de estas impresoras 3D, además de sus roles fisiológicos en nuestro organismo?

A las funciones habituales de ayuda al crecimiento, producción de glóbulos rojos o liberación de la energía de los carbohidratos, debemos unir ahora su inestimable colaboración en la producción de estos implantes médicos.

Quizás en el futuro, los implantes médicos garanticen su biocompatibilidad siempre que usen vitamina B2 en el proceso de la impresión 3D. Estas conclusiones de los científicos de Carolina del Norte muestran cómo una tecnología tan puntera también ha de obligarse a renovarse continuamente.

Imágenes | John Biehler (Flickr), NC State University

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