Construyen tejido artificial mediante impresión 3D

La medicina regenerativa es una de las grandes promesas para el cuidado de la salud. Esta área emplea herramientas de la bioingeniería para construir «sustitutos biológicos que mantengan, mejoren o restauren la función de órganos y tejidos en el cuerpo humano», según la definición de la propia Wikipedia.

Se entiende por tanto como un campo de trabajo tremendamente multidisciplinar, en el que mediante la colaboración de médicos, ingenieros y especialistas en robótica y ciencia de materiales, podamos fabricar tejidos y estructuras que se parezcan lo máximo posible a los mismos componentes biológicos. Con este objetivo, estos nuevos materiales podrían ser utilizados para la realización de transplantes, de forma que ya ha sido posible construir órganos bioartificiales (como hígado, vejiga, páncreas o cartílago).

El boom de las conocidas como células madre generó un gran impacto en esta área, ya que podrían ser utilizadas como verdaderas «semillas» a partir de las cuales podríamos fabricar cualquier tipo de células diferenciadas. Sin embargo, una nueva revolución estaría a punto de llegar a este campo tan innovador. La impresión 3D promete cambiar de arriba a abajo la tecnología, desde la fabricación de coches a la educación.

3D Printer-Tissue

Incluso hace un tiempo os contamos su impacto en la conocida como eHealth, y su utilización hace solo unas semanas en la reconstrucción de la cara de un hombre que había sido víctima del cáncer. Tremendos avances los que nos propone esta nueva tecnología, y que sin duda, también promete muchísimas aplicaciones en el campo de la medicina regenerativa y de la ingeniería de tejidos. Hace solo unos días unos investigadores de la Universidad de Oxford publicaban en Science una nueva técnica por medio de la impresión 3D.

Tejido artificial a partir de agua y aceite

Mediante la utilización de una impresora 3D, y a partir de gotas de agua y aceite, los científicos británicos consiguieron construir un material que imita algunas propiedades biológicas. En particular, la estructura que han conseguido es tan flexible como un músculo, y es capaz de transmitir señales eléctricas como realizan las neuronas a través de las conexiones nerviosas en nuestro cerebro. Las redes construidas, que albergan más de 35.000 gotas, pueden servir como componentes de anclaje sobre el que se asiente el futuro tejido, o incluso, ayudar como modelo biológico para el estudio de cómo funcionan nuestros órganos.

Para la fabricación mediante la impresión 3D, los investigadores de Oxford estimaron necesario imitar la fantástica adhesión celular presente en nuestros tejidos, y para ello entendieron que lo mejor era preparar una emulsión. Este preparado se conoce en química como la mezcla de dos líquidos inmiscibles (en este caso el agua y el aceite) de manera más o menos homogénea.

Si simplificamos mucho cómo se estructura una célula, sabremos que la envoltura de la misma no es más que una bicapa de lípidos, a la que se llama membrana, y que su contenido interno está formado mayoritariamente por agua. Por tanto, utilizando una impresora 3D, los británicos han desarrollado un sistema que crea pequeñas bolas de líquido y las coloca dentro de una doble capa lipídica, imitando el comportamiento celular. La impresora es capaz de producir una gota por segundo.

La estructura creada es capaz de autoensamblarse de manera esférica. Un gran avance de la impresión 3D, sin duda, aunque estamos aún en una fase muy embrionaria de la utilización de esta tecnología en la medicina regenerativa. Como apunta la bioingeniera Karen Burg, la herramienta es todavía «demasiado rudimentaria» para pensar en su uso en la práctica clínica, pero sin duda, el impacto presente y futuro de la impresión 3D en medicina es más que evidente.

Imágenes | Phys.org, Flickr

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