El Oppo Find X estrenará los 10 GB de RAM en smartphones, y cómo no, vuelve a surgir el debate de si son necesarios en el escenario actual.
Los smartphones no paran de crecer en potencia y capacidades. La RAM es una de las partes más importantes de la experiencia en cualquier sistema operativo móvil, particularmente en Android, porque es el sistema que más uso hace de procesos en segundo plano. La historia en ese sentido siempre ha sido la misma. Android comenzó con 192 MB de la HTC Dream en 2008, y estos días hemos conocido que pronto llegará una versión del Oppo Find X de 10 GB de RAM.
En 2009 ya conocimos terminales de 512 MB de RAM, pero modelos como el iPhone 3GS sólo llegaban con 256 MB, lo que a la larga, como veremos con más modelos de la comapañía, lastró su multitarea, función que estrenó con iOS 4. En 2011 se produjo el próximo gran salto, con 1 GB en los dispositivos de la generación del Galaxy SII. En 2012, la situación se mantuvo hasta la segunda mitad, cuando los 2 GB se popularizaron en toda la gama alta. Al iPhone no llegarían hasta 2015, incomprensiblemente, con el 6s y el 6s Plus.
Desde aquella época, hemos ido pasando por 3, 4, 6 y 8 GB de RAM, y la pregunta que siempre surge es, ¿es realmente necesario? Suele decirse que ante cualquier cuestión de ese estilo se puede responder «No», y aquí puede ser cierto. Necesarias son pocas cosas, generalmente, y con poca RAM se puede vivir bien en Android o en iOS. Más allá de eso, mirando hacia el futuro, la realidad es que la RAM es como la potencia de procesador, nunca sobra, si el consumo energético es sostenible para el dispositivo.
Normalmente el argumento en contra es «los desarrolladores deberían poder optimizar para la RAM que tienen, no necesitar más», y es cierto. Pero las aplicaciones y los servicios van engordando tanto y tienen que soportar tan vasto espectro de modelos y de versiones de Android, que a la larga es normal que se requieran más recursos para funcionar idealmente.
Estos cambios al alza, por ejemplo, llevan a los desarrolladores a lanzar versiones lite de sus aplicaciones, para garantizar una experiencia de usuario aceptable en smartphones con pocos recursos, generalmente pensados para economías emergentes. Sin embargo, para los que sí los tienen, quedarse eternamente con la misma capacidad de memoria sería, entre otras cosas, frenar el avance de campos como la inteligencia artificial móvil o la convergencia smartphone-ordenador.
Contar con 6 GB, permite que smartphones de hace dos años como el OnePlus 3 se muevan a la perfección a día de hoy, que puedan ejecutar muchas aplicaciones en paralelo sin ralentizaciones y, sobre todo, estar preparados para el día de mañana. Los 10 GB son bienvenidos en tanto en cuanto darán mucha longevidad a los terminales que los lleven.