Te proponemos 5 sencillas acciones para tomar el control de tu vida en internet
La red de redes se ha vuelto un páramo hostil y despiadado. Unido al volumen exponencial de información, aparecen los problemas habituales de un mercadeo de servicios sin legislación, o con legislaciones delimitadas geográficamente, y por ende, difícil de aplicar en el mundo global de la red.
Walter Benjamin avisó hace ya casi un siglo aquello de «no hay un fuera del capitalismo«, tanto para bien como para mal. Remamos todos juntos en la misma barca, y en algunos casos, hacia sentidos opuestos.
Tal es la dependencia que nuestra sociedad tiene del sistema digital, que en este Día Internacional de una Internet Segura me ha parecido interesante hablar de algunas de las pautas que cualquier usuario puede llevar a cabo para «hackearlo» (ya sabes, en el buen sentido), tomar conciencia de la situación en la que estamos, y aprovechar ese conocimiento para disfrutar de sus placeres sin caer en la espiral destructiva a la que parece nos dirigimos.
Acciones sencillas, que pueden ser tomadas como un juego e ir incluyéndolas en las labores diarias, y que esbozan en su conjunto una manera de dejar de ser parte del problema, de pensar «out-of-the-box«, de llevar la filosofía hacker corriendo por las venas.
1.- Deja de alimentarlo… o proponle una dieta
El gran secreto del éxito de este sistema es que todos, en mayor o menor medida, lo alimentamos. Información privada volcada en redes sociales, fotos subidas a sistemas de almacenamiento en la nube, contraseñas comunes para varios servicios,… El sistema es imperfecto porque los usuarios lo somos.
Y existe una alternativa: Dejar de alimentarlo, o al menos hacerlo de forma responsable. La idea es que el control pase de sus manos a las nuestras.
Utilizar cada red social de forma adecuada, o apostar por proyectos descentralizados como Diaspora o Quitter, o incluso afrontar el desarrollo de uno propio. Montar nuestro propio servidor en la nube con Owncloud y mantener identidades ficticias con perfiles ficticios en aquellos servicios que no requieran una identidad real son maneras efectivas de poner a dieta el sistema, de hackearlo para nuestros intereses.
2.- Aliméntate de forma saludable
De nada sirve que hagamos lo anterior si nosotros consumimos sistemáticamente desinformación. El gran valor diferencial de Internet respecto a otros sistemas de comunicación es que bien usado es un arma poderosísima para el conocimiento y crecimiento, tanto personal como social. Pero lo bueno requiere de tesón por nuestra parte. Nadie nos va a regalar nada sin esperar algo a cambio.
Aquí es donde entran los gestores de RSS, protocolo pilar de la estructura informativa almacenada en internet. Y resulta extremadamente sencillo ponerlos en funcionamiento. Y cuando lo hayamos hecho, volveremos nuevamente a tener el control de la información que consumimos.
Huye por tanto de revistas y servicios digitales que aglutinan supuestamente lo más interesante de tu sector, y accede directamente al contenido puro, sin pasar controles que pueden o no estar supeditados a intereses comerciales.
3.- Vuélvete un productor
¿Sabías que en internet solo el 1% de los usuarios son productores de contenido, frente al 9% que se dedica a difundirlo (diseminadores) y el 90% que lo consume? Producir contenido obliga al cerebro a funcionar. A labrarse su propio criterio, y por ende, a fortalecer el poder de esa persona frente al sistema.
Cualquiera puede volverse productor. No necesitas ser Shakespeare (el que firma este artículo no lo es y lleva años dando guerra), y tampoco vale de nada el típico «es que no tengo qué decir» o el «si eso empiezo mañana…«. El mejor momento es ahora, y el mejor tema es cualquiera del que sientas verdadero interés. Porque internet está formado personas, y las personas queremos conocer las historias de los demás.
Y no descartes el aprender a programar. Nunca es tarde para hacerlo. Si algo ofrece la programación es conocer y entender de primera mano la estructura lógica que sustenta todo lo que nos rodea. No necesitas ser ingeniero para aprender HTML5 y hacer tus pinitos en la red, y con ello ganarás todavía más poder, más autonomía.
4.- Se solidario
Huye del miedo de las generaciones anteriores. Si tienes una idea, compártela, y te darás cuenta de lo poco que valía en un principio. Produce contenido y entrégalo a la comunidad. Desarrolla productos y permite que la gente aporte su granito de arena. Monta startups bajo un proyecto y deja que este se enriquezca del saber colectivo. No temas fallar, porque del fracaso se aprende incluso más que del éxito.
Hackea, a fin de cuentas, el sistema, que funciona por lo general bajo una supuesta seguridad basada en el oscurantismo. Internet es la historia de un proyecto que acabó por ganarse nuestros corazones a base de errores y mejoras incrementales. Y seguirá errando y acertando hasta el fin de sus días.
Internet lo formamos todos y cada uno de los que estamos por aquí. Con que ese 99% de usuarios que solo difunden o se alimentan de internet se redujera un 1 o 2%, habríamos duplicado o triplicado nuestro control, y habríamos conseguido que la red sea un paraje menos inhóspito y despiadado.
5.- No aceptes verdades absolutas como único camino
Porque en informática, como en la mayoría de ciencias, no existen. Si crees que algo debería funcionar de otra manera, ¿Por qué no lo propones? ¿Por qué no haces algo para conseguirlo?
El sistema va evolucionando gracias a esas pequeñas «mutaciones» que le empujan a cambiar. Se desobediente, y lucha por lo que crees mejor para la comunidad. Si los usuarios no plantáramos cara a las grandes compañías detrás de todos estos servicios que utilizamos, si las compañías no tuvieran la presión de que en cualquier lugar del mundo, un niño de 12 años quizás esté creando un producto que dentro de cinco vaya a dar fin a su negocio, todo se mantendría igual.
Hackear el sistema significa plantarle cara y avisarle de que aquí quien manda somos nosotros. Que tenemos mucho más poder del que pensamos.
Si las cosas no funcionan como querrías, busca a gente que opine igual que tú. Internet es muy buena como herramienta para acercar personas con los mismos intereses.
Y juntos, cambiarlas.
Cinco acciones sencillas que te pediría que llevaras a cabo. Y no lo dejes para mañana, sino para ahora, llevándome la contraria donde creas que me lo merezco, y compartiendo el artículo con quien creas que debería aplicarlo (o al menos leerlo).