Hemos hablado en varias ocasiones ya del concepto smart city pero… ¿por qué no ir más allá y comenzar a aplicar la idea al conjunto del planeta? Algunas empresas empiezan a hablar ya del smart planet, o lo que es lo mismo, llevar el concepto de las ciudades inteligentes a un entorno globalizado en el que la tecnología juegue un doble papel fundamental: por un lado, estar al servicio de las personas para hacerle la vida más fácil y, por otra parte, que su impacto sea positivo para las empresas.
En este ámbito empresarial, el objetivo es ayudar a las organizaciones para que el impacto de la tecnología sea positivo para ellas. Se deja de comercializar productos –hardware, electrodomésticos,…– para pasar a vender sobre todo software, servicios que permitan a las compañías adaptarse a la velocidad con la que cambia la tecnología.
Para llegar a esto, a que las empresas “cliente” se adapten a los cambios tecnológicos con los nuevos servicios, son primero las empresas que los comercializan las que se tienen que reinventar previamente. Y en el caso de las grandes organizaciones, no es tarea fácil.
Es lo que le ha pasado por ejemplo a IBM. El Gigante Azul, concebido a menudo como una empresa mastodóntica a la que le cuesta adaptarse al cambio, ha dado un giro radical a la estrategia de la compañía. En la última década, ha pasado de ser principalmente un vendedor de equipos (ordenadores, portátiles, servidores…) a cambiar por completo su portfolio de productos y comercializar servicios que posibiliten a otras empresas abrazar la evolución tecnológica. Da igual el tamaño. Lo importante es que otras compañías, grandes y pequeñas, puedan innovar y con sus desarrollos hacer el planeta más inteligente.
Esta es la idea que quiso transmitir la semana pasada en Madrid durante la celebración del Summit Start013, un evento que reunió a más de 1.500 personas en el Palacio Municipal de Congresos de la capital.
Durante la jornada, se desarrollaron numerosas mesas redondas, charlas y ponencias en las que se habló de la tecnología y la innovación como piezas clave a la hora de agilizar los procesos de negocio, la gestión de datos, la aceleración del desarrollo de productos y servicios, la movilidad, la capacidad de gestionar el riesgo,…
Se dieron interesantes datos y se habló mucho de software, de tecnología,… pero sobre todo, se habló de personas, de la necesidad de interconectar a los profesionales, buscando sinergias y apoyos para innovar.
En este sentido, se recordó que hay ya 2.400 millones de cuentas creadas en redes sociales en todo el mundo y que, dado que detrás de ellas lo que hay son personas, es prioritario aprovechar el valor de los nuevos canales sociales y las relaciones que se crean entre y para con los usuarios para generar oportunidades de negocio. Es lo que se denomina “Social Business”
Generar negocio social
La realidad es que las redes sociales no se ven ya sólo como una forma de llegar a potenciales clientes, sino que hay que ir más allá, entendiéndolas como un canal nuevo para generar negocio, pero de una manera no intrusiva. En el ámbito internacional, empresas como Dell han sabido sacar mucho partido de los canales sociales para vender y para ofrecer una atención al cliente personalizada.
En España, empresas como Verti Seguros y Autocares Alsa han hecho crecer sus negocios a través de la utilización del software con un carácter más social y una mayor gestión de la información. Este es otro reto al que se enfrentan las compañías: la explosión de la información en los últimos años. “Generamos más información que nunca. Hoy generamos en un día lo que en 2002 necesitábamos mil años para generar”, afirmaba Juan Antonio Zufiría, presidente de IBM España, Portugal, Grecia e Israel durante la jornada haciendo referencia a los vídeos, fotografías, comentarios que se publican en redes sociales.
La era de los datos, de la seguridad, del cloud,… ya está aquí. El reto ahora es aprovechar la tecnología para hacer un planeta más inteligente y, a la vez, generar oportunidades de negocio para las compañías.