Un equipo de investigadores descubre en Guatemala una gigantesca ciudad maya gracias a la tecnología LiDAR.
Puede ser el mayor descubrimiento relacionado con el mundo maya de los últimos 150 años. Así lo califican los investigadores que han descubierto las ruinas de una megalópolis perteneciente a esta civilización en Guatemala. Son los vestigios de 60.000 edificios, cubiertos desde hace siglos por un espeso dosel de árboles.
La densidad del bosque había ocultado a los arqueólogos hasta ahora estos impresionantes restos. Y ha sido la tecnología LiDAR la herramienta que ha hecho posible su descubrimiento. Mediante un escaneado del terreno con estos sensores, desde medios aéreos, se ha podido crear un mapa en tres dimensiones. El resultado ha sido una superficie sembrada de restos mayas.
Los investigadores sabían dónde buscar, evidentemente. Pero no se imaginaban el alcance del descubrimiento. Las ruinas se extienden a lo largo de una superficie de 2.100 kilómetros cuadrados. Para hacerse una idea de las dimensiones, el municipio de Madrid tiene 604 kilómetros cuadrados. La municipalidad de Londres es más grande, pero aun así solo llega a 1.572 kilómetros cuadrados.
El LiDAR emplea ondas de luz, lanzadas en este caso contra el bosque, para hacer una maqueta del terreno. Son millones de señales lumínicas cuya longitud de onda se mide al recibirlas de vuelta. De esta forma, se comprueba la distancia que existe entre objetos sólidos y emisor de la señal. Con este método se pueden crear mapas en 3D de gran precisión.
La civilización maya llegó a su punto álgido unos 1.500 años atrás, según las investigaciones arqueológicas. En este momento habría tenido una población de unos cinco millones de habitantes. Esto es al menos lo que se pensaba hasta ahora. Pero esta nueva ciudad sugiere que las cifras serían más altas. Los arqueólogos que han descubierto la megalópolis creen que el pueblo precolombino podría haber llegar a los 10, e incluso a los 15 millones de habitantes.
Y es que, podría haber otros vestigios mayas ocultos en la tupida vegetación de Centroamérica. Probablemente, habrá que investigar con LiDAR para averiguarlo**. La tecnología ha hecho ya un gran servicio a la arqueología** en otros lugares, como con el descubrimiento de ruinas en torno al templo de Angkor Wat, en Camboya.
Pero no solo eso. También sirve para ayudar al mundo moderno. La gestión de las ciudades podría mejorarse con ayuda de la información que ofrecen los sensores LiDAR. Hacer planes para reducir la contaminación o llevar a cabo una planificación urbana más informada son, por ejemplo, algunos de sus beneficios.