Pese a los cambios que introdujo el iPad en la informática en 2010, y a la evolución traída por el iPad Pro desde hace tres años, la esencia de lo que se busca no ha cambiado, y para muchos casos, una Surface Go es un producto más versátil.
En 2010, tres años después del iPhone, Apple volvió a cambiarlo todo con el iPad. En lo que comenzaba a ser la era post-PC, la compañía de Cupertino se mostró como el actor que mostraba el camino que seguiría la industria en los próximos años. Casi una década después, la influencia del iPad es indiscutible, y todo lo que para muchos aún le supera, bebe directamente de él. Es por eso que lo cambió todo, para «no cambiar nada».
Gracias al iPad existen los dispositivos más versátiles del mercado en movilidad, los convertibles o 2-en-1, que Microsoft abandera desde hace más de un lustro con su hardware más exitoso, la familia Surface. La realidad es que, durante todo este tiempo, desde Redmond han producido productos fantásticos, pero no han sido excelentes como tablets ni como sustitutos del portátil.
Su éxito se explica en cifras de ventas y de satisfacción de los usuarios, pero también en que tras dar Apple el primer golpe, tuvo que seguir la estrategia de Microsoft y dotar a su iPad de mayor capacidad. Primero llegaron los potentísimos chips, como el Apple A8X, que debutó en el iPad Air 2, y después le siguieron el soporte oficial para stylus y teclado con el iPad Pro.
Con él, Apple quiso dar un paso adelante y dejar claro que, si bien los mejores días del Mac como plataforma profesional podían estar pasando, el iPad sería un gran sustituto para casi todos los usos. Para ello, tenían que llegar aplicaciones más avanzadas de las que ya se encontraban presentes en la App Store de iOS. Por ejemplo, no había un programa de edición fotográfica o de imagen que pudiera competir con Adobe Photoshop, ante la poca versatilidad que ofrecía el conjunto, y a partir del iPad Pro llegó Affinity Photo, una versión muy rica en funciones de una gran alternativa a Photoshop en escritorio.
Lo mismo se puede decir de muchas otras aplicaciones, que comenzaron a llegar a la plataforma desde iOS 9, el sistema que dio las capacidades esperadas de multiventana con pantalla dividida y mejor soporte de funciones de teclado, como atajos. Y aun así, para muchos usuarios, nada ha cambiado. La nueva Surface Go deja buenas reflexiones en este sentido.
Surface Go, y el paso que Apple inevitablemente puede acabar dando
Se trata del dispositivo más económico de la gama, recientemente presentado. Su potencia no alcanza ni al chip del iPad Pro de hace tres años, su pantalla es manifiestamente inferior y en general, se aleja mucho en calidades de lo esperable por un equipo que, con todos los extras (necesarios) se planta en 700€, muy cerca de la Surface Pro de gama inferior. Sin embargo, tiene Windows, y Windows, para muchos casos, incluso uno tan sencillo como escribir este artículo, sigue siendo mucho más versátil. No hay que buscar alternativas a Photoshop, está el programa estrella de Adobe. Microsoft Excel permite aprovechar todos los macros, y lo mismo con muchas más funciones con las que ni puede soñar.
Años después del iPad Pro, iOS sigue sin soportar trackpad, touchpad o panel táctil. La para muchos mediocre Surface Go aporta uno de gran calidad, similar al de un MacBook Pro, hecho que le permite moverse por cualquier pantalla con mayor fluidez, sobre todo en apps profesionales. Por mucho que se pensara que iOS cambiaría todo para siempre, y sería la muerte del ratón, la realidad es que la comodidad del puntero no tiene rival. De nuevo, el iPad lo cambió e influyó todo, pero la esencia no cambió.