El paradigma comunicativo de la actualidad ha propiciado que seamos los usuarios los que tengamos el poder de consumir la televisión a nuestro gusto, sin tener que depender de nada ni nadie.
La televisión, tal y como la conocemos, nació en los años 20 como medio de comunicación de masas. Un elemento que permitió a la unidad familiar disfrutar de contenidos universales y colaboró, junto con el cine, para hacer de lo audiovisual una cuestión global.
Durante todo el siglo XX, el lugar que ocupaba la televisión en la casa era un sitio privilegiado, presidiendo el salón. Un lugar donde las personas se disponían alrededor de un objeto, y no al revés como con el resto de mobiliario del hogar.
Existía una parrilla televisiva, una programación; un día predeterminado por la cuadrícula del final del periódico, donde podías ver qué daba cada cadena, las horas, los tiempos. Una manera de practicar ocio basado en la imagen, en el sonido, en observar a través de la televisión el mundo que nos rodeaba.
En 1979, la banda británica The Buggles lanzó la canción Video killed the radio star, augurando lo que pensaban ellos que sería el final de la radio en detrimento de la televisión. Se convirtió en estandarte, a su vez, porque fue el primer videoclip emitido en la cadena MTV.
El siglo XXI, la televisión e internet
Extrapolando la situación, se podría decir en 2018, que Internet killed the TV star. Pero, siendo honestos, evidentemente, ninguna de las dos afirmaciones han sido, son o serán efectivas. Ni la televisión acabó con la radio, ni Internet acabará con la televisión.
Estos elementos superpuestos lo que han hecho ha sido reconducir o transformar el consumo de dichos medios. En la parte que nos toca, la llegada de Internet ha supuesto una reinvención en la manera de consumir televisión.
Todas las plataformas actuales como Movistar+ o Netflix, además de la propia red con webs como Youtube, se han servido del nuevo paradigma comunicativo internacional para poder brindar a sus clientes y los usuarios la posibilidad de consumir televisión en cualquier momento, a cualquier hora del día, y el contenido que se desee.
Estamos, por lo tanto, ante un tiempo de cambio en el que somos nosotros, los consumidores, los que tenemos el poder frente a los medios de comunicación, porque somos realmente nosotros los que creamos nuestros propios medios de comunicación.