Empresas como Samsung o HTC van a lanzar próximamente modelos de smartphones al uso que se caracterizarán por contener tecnología blockchain. Es decir, teléfonos móviles con un componente más de seguridad gracias a un enclave seguro con el que se podrán recuperar contraseñas y claves de acceso con muchísima facilidad.
El blockchain es una tendencia en alza. Una tecnología que empezó a asomar por el mundo digital a finales de la primera década del siglo XXI. Es decir, una tecnología muy joven, que se encuentra en estos instantes en una fase de desarrollo y maduración cercana a la niñez digital.
Como todas las tecnologías en este estado aún de nacimiento, el blockchain debe aún asentarse dentro de los parámetros de la red. Internet es un arma de doble filo para este tipo de crecimientos, porque, como todo, es susceptible de ser malinterpretado o definido como no fiable y comprometido.
Por ahora, el blockchain se observa desde un aspecto sombrío dentro de lo que conocemos como red. Apartado del mundo comercial y de las grandes empresas tecnológicas por su propia concepción de uso. También es por esto que las corporaciones tecnológicas dan la espalda a este tipo de recurso digital, y lo suelen designar como un desecho de la red que ellos mismos alimentan.
La revolución de la telefonía blockchain
Parece que la tónica está a punto de cambiar en los próximos años. Porque ya son varias las multinacionales que están lanzando al mercado tecnología blockchain para todos los públicos.
Empresas como Samsung o HTC van a lanzar muy próximamente modelos de smartphones al uso, que se caracterizarán por contener tecnología blockchain. Es decir, teléfonos móviles con un componente más de seguridad gracias a un enclave seguro con el que se podrán recuperar contraseñas y claves de acceso con muchísima facilidad. Además de que los HTC serán capaces de ejecutar aplicaciones descentralizadas (ÐApps) gracias a un acuerdo con Opera.
Este movimiento por parte de las empresas tecnológicas hace pensar en la comunidad digital que el blockchain se está empezando a abrir al mundo. Parece, por lo tanto, que ese oscuro crecimiento que estaba teniendo lugar en las lindes de Internet está dando sus frutos y está siendo capaz de traspasar las barreras impuestas por las grandes tecnológicas.
Veremos entonces, si esta dinámica continúa y se amplifica en más sectores digitales y tecnológicos. Lo que propiciaría una red más libre y menos corporativa que la existente en la actualidad.
