Pago con móvil

¿Está España preparada para el pago con móvil?

La mitad de los españoles tiene un teléfono inteligente, así que es cuestión de tiempo para que las posibilidades de estos dispositivos se exploten hasta límites que todavía son teoría y apenas podemos imaginar. La pregunta que se hacen desde entidades como BBVA es si España podría convertirse en un territorio donde el pago por móvil se volviese una forma común de gestionar las compras.

Mientras que España es uno de los países donde el smartphone ha entrado con más fuerza, el ejemplo a la hora de estandarizar y aceptar modelos de pago alternativos sigue estando al otro lado del Océano Atlántico. Algunos ejemplos de cómo las empresas estadounidenses están aceptando el cambio están en firmas tan conocidas como Walmart, Target o incluso las cafeterías Starbucks. Las operadoras también se suman a la evolución, y por descontado los nativos digitales, Google o Paypal, están al pie del cañón desde el principio.

Existen motivos para pensar que España puede ser un lugar donde esta experiencia llegue a buen puerto. El sistema NFC ya está dando sus primeros pasos, por ejemplo en el transporte público de Asturias, y cabe esperar que, si todo va según lo previsto, pueda aplicarse a más realidades de pago.

Dificultades

Si hay algo que preocupa de la adaptación a los sistemas móviles es, por encima de todo, la seguridad. A pesar de los avances y de cómo cada vez las medidas al respecto son mayores, es un detalle que se mantiene como foco de debate. Otra de las características a tener en cuenta es el coste para el consumidor que supone utilizar estos nuevos métodos. En Estados Unidos, ya hay sistemas para evitar que los usuarios noten en el bolsillo este cambio.

Entre las ventajas, destacan la movilidad, la posibilidad de tener acceso desde cualquier sitio a nuestro dinero, y la sencillez que aporta el condensar en un solo aparato más de una acción.

Si algo se tiene claro es que la evolución hacia el modelo móvil es una realidad imposible de detener, y que son las empresas las que ahora deben adaptarse, pues los usuarios ya lo han hecho y son los que están demandando que se tenga en cuenta sus nuevos hábitos.

Imagen | Flickr. 

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