La estrategia de hidrógeno de Toyota se amplía con la construcción de un sistema de generación a gran escala, a partir de la experiencia con el Mirai.
En los últimos años el transporte ha empezado a cambiar a todos los niveles. La movilidad eléctrica se ha posicionado definitivamente como una opción de futuro mayoritaria. Aunque aún quede mucho para que esto cristalice.
La mayoría de fabricantes de automoción trabajan en coches eléctricos. Pero es que también camiones y autobuses en desarrollo, así como barcos eléctricos e incluso aviones. Pero hay un gran olvidado en toda esta transformación. Olvidado al menos hasta ahora. El hidrógeno lleva tiempo en investigación pero tiene algunos impedimentos para su uso.
Esto ha hecho que la adopción del hidrógeno apenas haya comenzado. Ni siquiera se ha visto como una alternativa real hasta hace muy poco, cuando se ha empezado a comprender que sus ventajas son muy atractivas. La autonomía de los vehículos es mucho mayor que en los eléctricos y el repostaje es de solo unos minutos, como la gasolina.
En Toyota han apostado por esta posibilidad desde hace tiempo. Su modelo Mirai se desarrolló años atrás para funcionar con una pila de combustible. Parece que poco se ha avanzado desde que en 2015 se empezara a comercializar la primera generación de este vehículo. Los caminos han enviado a la industria por los derroteros de los coches eléctricos y hacia ellos se ha desviado casi toda la atención. Pero no es así.
La estrategia de hidrógeno de Toyota va más allá de los coches. Como la de Tesla con sus vehículos eléctricos, que han servido para después crear baterías domésticas o gigantescos acumuladores de escala industrial. La compañía japonesa pretende seguir un camino similar.
La experiencia con el Mirai le ha servido para desarrollarun sistema de generación de hidrógeno de gran tamaño. Tomando algunos componentes básicos de la pila de combustible del vehículo, la compañía ha creado una pequeña planta de hidrógeno.
Fase de pruebas
Esta planta se ha instalado en la Toyota City, en la prefectura de Aichi. Su cometido será producir electricidad a partir de hidrógeno por valor de 100 kilovatios , destinada a su planta de producción. Aunque esta parte no es la más sobresaliente del proyecto. Lo será la continuidad de la generación. Y es que las instalaciones deberán ofrecer esta potencia eléctrica durante las 24 horas del día.
Es una forma de probar cómo se comporta un generador de hidrógeno a largo plazo y en operación continua. El sistema consiste en dos dispositivos que mezclan el hidrógeno con el oxígeno del aire para obtener electricidad y agua como residuo. A esto se le añade una batería secundaria, que almacena la electricidad en caso de que la producción sea mayor de la necesaria.
Eso sí, para tener las instalaciones funcionando constantemente la compañía tiene que contar con una reserva de hidrógeno que llegue de forma continuada. En realidad todo el experimento se enmarca en la exploración del hidrógeno de Toyota. Esta forma parte de sus objetivos para 2050, uno de los cuales era contar con plantas que no lancen emisiones a la atmósfera.
Imágenes: Joseph Brent y Toyota
