A la misión de controlar los asteroides que se acercan a la Tierra cada vez se le da más importancia, incluso con propuestas de defensa activa.
Hace unos meses los expertos en asteroides señalaron el mes de septiembre con el dedo. Durante estos pasados días existía la posibilidad de que un cuerpo celeste impactara contra la Tierra. Al principio las posibilidades no parecían claras, aunque siempre se estipuló que eran remotas. Pero meses después se confirmó que era extremadamente improbable que se produjera el impacto.
El asteroide en cuestión medía 40 metros de diámetro y se llama 2006 QV89. Su complejo nombre, que hace referencia a la fecha en que se descubrió, apareció durante algunos meses en los medios de comunicación. La Agencia Espacial Europea catalogó a este cuerpo celeste como potencialmente peligroso porque es difícil predecir la órbita de los asteroides. De ahí que algunos pasen algunas veces a la zona de riesgo de forma temporal.
En realidad no había peligro alguno. La posibilidad de que hubiera un choque se reducía a 1 entre 7.299. Pero hay que estar prevenidos. Y para eso las agencias espaciales cada vez tienen más concienciación. Representantes e ingenieros espaciales de varias partes del mundo se reunieron en Roma para colaborar en un objetivo: cambiar la trayectoria de un asteroide para probar una técnica que sirva de defensa planetaria.
Esto, que parece una trama escrita por los guionistas de Armageddon, es un asunto que está en el candelero espacial. Algo tan sencillo como intercambiar datos sobre avistamientos , cálculos sobre trayectorias y estudios predictivos puede robustecer significativamente la preparación frente a los asteroides. Pero los científicos quieren hacer más.
Defensa activa
Lo primero es identificar a los asteroides que se acercan a la Tierra. Pero no está de más contar con un plan por si se acercaran demasiado. En esto se encuentra la NASA y también se ha asociado con la ESA, así como otras agencias colaboran en un proyecto común.
La iniciativa se llama Asteroid Impact Deflection Assesment y tiene como propósito cambiar la órbita de un pequeño cuerpo celeste. Está previsto que se haga mediante el impacto de una nave espacial. Después una segunda nave investigará en el lugar del choque para obtener el máximo de información posible.
Por el momento es un proyecto, que se llevará a cabo de forma conjunta por varias agencias espaciales. Pero en el futuro puede convertirse en una colaboración permanente para una meta ambiciosa: defender el planeta de los asteroides que se acerquen demasiado.
Imágenes: NASA