La ciudad de Múnich, de 1,5 millones de habitantes, quiere ser la primera en conseguir calefacción gracias a la geotérmica, tanto en hogares como en empresas.
La iniciativa de Múnich para obtener calefacción gracias a la geotérmica no debería sorprender. Alemania ha sido durante décadas una de las pioneros en energías renovables. Y dentro del país, la ciudad de Múnich y la región de Baviera han sido especialmente pujantes.
Sobre todo ha sido la energía fotovoltaica y la eólica quienes han recibido las atenciones de Baviera. Pero ahora le ha llegado el turno a la geotérmica, que tiene un enorme potencial hasta ahora poco explotado. Múnich se ha propuesto proporcionar calefacción libre de emisiones a hogares y empresas en 2040.
Son 20 años de plazo para reconvertir por completo cómo funcionan las calefacciones en la ciudad. Múnich se ha dado cuenta de que es imposible alcanzar la neutralidad en carbono si no se ataca el sector de la calefacción. Y en esta ciudad el consumo de estos sistemas es alto. El invierno es duro y largo.
La geotérmica ya se ha probado para calentar hogares unifamiliares. Pero la apuesta de Múnich es mucho más ambiciosa. En estos momentos existe una central geotérmica a las afueras de la urbe en Holzkirchen. Es una población a las afueras de la capital bávara, que sirve de asiento a una de las seis plantas geotérmicas situadas al sur de la ciudad.
Múnich, con 1,5 millones de habitantes, aspira a ser el primero de los municipios que obtenga calefacción gracias a la geotérmica. Y esto sería posible por las aguas termales profundas que van desde los Alpes al Danubio.
Alemania, pionera en renovables
La geotérmica solo representa el 0,3% de la producción energética de la Unión Europea. Mientras que el resto de renovables cubre el 18% del consumo de los 28 (la estadística cuenta a Reino Unido aún). Sin embargo, países periféricos, como Islandia o Turquía, se han volcado en esta fuente procedente de la tierra.
Y ahora Alemania seguirá su ejemplo. Siempre ha sido un país innovador en lo que respecta a la eólica y a la solar. Parte de los nuevos esfuerzos se dirigirán a la geotérmica, pese a que resulta de momento más cara, menos rentable.
Pero se trata de explorar nuevas fronteras para conseguir energía limpia. Y no es la única apuesta alemana. En Hamburgo se construirá la mayor planta de hidrógeno del mundo. La energía también hay que almacenarla.
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