En la ciudad de Hamburgo se construirá la mayor planta de hidrógeno del mundo, con una capacidad de 1.000 MW.
De sobra es conocido el liderazgo de Alemania en energías renovables. Pero no se reduce solo a esto. La industria del país también trabaja en otras formas alternativas para almacenar la producción energética. Una de ellas es el hidrógeno.
Este gas a presión actúa como vector energético. Se puede utilizar para almacenar y transportar energía, cuando la red no pueda absorber más. En la ciudad de Hamburgo, al noroeste de Alemania, se ha propuesto construir la mayor planta de hidrógeno del mundo. Generará este combustible mediante electrólisis, es decir la ruptura de las moléculas de agua.
De esta forma, la producción de hidrógeno será inocua para el medio ambiente, al contrario de lo que ocurre en el reformado de metano. En este último caso el empleo de un hidrocarburo implica la emisión de CO2 a la atmósfera. Pero con el agua el único residuo es el oxígeno.
En Alemania ya han probado las posibilidades del hidrógeno como combustible. Fue en este país donde se puso en marcha el pasado año el primer tren de hidrógeno. También en el estado de Baviera, el más grande del país, s e ha establecido un centro de investigación del hidrógeno. Una alianza industrial, que incluye a gigantes como BMW o Siemens, apoya la iniciativa.
Las instalaciones que se construirán en Hamburgo serán capaces de producir 22.000 metros cúbicos de hidrógeno por hora. Esta cantidad equivale a lo que necesitaría un coche para moverse durante 200.000 kilómetros. El aporte energético necesario para la electrólisis se hará con aerogeneradores. Es un plan que ya se ha contemplado previamente en otros países, como Dinamarca, donde se planeaba almacenar el exceso de producción en este combustible.
Combinar renovables e hidrógeno
La mayor planta de hidrógeno del mundo costará cientos de millones de euros. La ciudad espera tomar una decisión definitiva sobre su instalación a finales de 2019, que podría tener lugar en el puerto de la urbe.
El hidrógeno puede resultar una pieza fundamental en la transición energética. Las alternativas a los combustibles fósiles no pasan solo por las energías renovables. La combinación de eólica y solar permite mantener la red eléctrica surtida de forma general, pues cuando una de ellas flojea (de noche la solar es inexistente), la otra crece en potencia. Pero siempre será necesario un sistema de almacenamiento para evitar así caídas de la red.
En lo que respecta a sistemas de almacenamiento, las baterías gigantes de ion-litio se han posicionado como una de las opciones. Pero el hidrógeno resulta una alternativa muy a tener en cuenta.
Imágenes: Joseph Brent, II