Buceando en los datos obtenidos hace varias décadas, los científicos de la NASA han descubierto que la atmósfera de Urano podría filtrarse al espacio.
En materia de exploración espacial, aquello que está más cerca de la Tierra marca las prioridades. Como normal general, al menos así ha sido hasta ahora. Por un motivo evidente de proximidad. Lo que está más cerca nos afecta más. Pero, sobre todo, por motivos posibilistas. La técnica permite enviar misiones a la Luna o a Marte, pero los mismos esfuerzos redirigidos a estudiar Saturno darían magros resultados, en comparación. De ahí llame la atención tener noticias sobre la atmósfera de Urano.
Más aún teniendo en cuenta que la novedad estaba enterrar en un conjunto de información recogida varias décadas atrás. La nave Voyager 2 voló cerca de Urano en 1986 y de este viaje –aún en tiempos de Guerra Fría– provienen los datos. En un estudio profundo de lo recogido por la nave, los científicos de la NASA han observado una anomalía en la atmósfera de Urano.
Cuando la Voyager 2 pasó cerca del planeta hace más de 30 años, lo hizo a través de plasmoide. Este tipo de estructura se define como plasma confinado mediante un campo magnético. Y los científicos han descubierto que esta masa escapa de Urano.
A partir de aquí los investigadores han llegado a otra conclusión. Es probable que con la filtración de este plasmoide al espacio, parte de la atmósfera de Urano sea arrastrada. Los datos que recogió la Voyager 2 indican que esta estructura de plasmoide sería de unos 204.000 kilómetros de largo. Su anchura sería el doble.
Mucho por saber
El descubrimiento es un hallazgo interesante. Pero también revela lo poco que se sabe del otro planeta del sistema solar que tiene anillos. A Saturno se le conoce bien esta característica, pero hubo que esperar hasta 1977 para saber que Urano tenía. Son este tipo de datos, con cuentagotas, los que hemos recibido a lo largo de la historia de la exploración espacial.
La filtración de la atmósfera de Urano al espacio aún tiene que ser confirmada. Pero es una hipótesis probable teniendo en cuenta los datos reunidos sobre el plasmoide. De hecho, los científicos creen que un fenómeno similar de expulsión de gas podría explicar el carácter seco y estéril de Marte.
Sin embargo, la confirmación solo se obtendrá enviando otra nave a la zona. Por ahora permaneceremos en el terreno hipotético. Lo que no resulta extraño teniendo en cuenta que Urano solo fue descubierto hace poco más de 200 años. El planeta continuará engordando la lista de misterios –mucho más larga que la de certezas– del sistema solar.
Imágenes: NASA
