¿Aprender es un proceso lineal o circular? Durante años, muchos han defendido la primera opción. Pero, ¿de qué sirve aprender algo si luego no echamos la vista atrás para revisar ese conocimiento, mejorarlo o ampliarlo? El aprendizaje como proceso circular lleva mucho tiempo entre nosotros. Y cada vez es más frecuente aplicarlo a otros ámbitos como el empresarial bajo el nombre de Learning Loop o learning loops. Mejorar un proceso en función de la nueva información que tenemos disponible en un círculo que puede no tener fin. Ni falta que hace.
Este sistema de aprendizaje, que también se viene aplicando en áreas como la organización o la productividad, se ha llamado a conocer como Learning Loop o bucle de aprendizaje. El aprendizaje entendido como un proceso cíclico continuo. Un proceso que consta de ciclos que van del punto A al punto B y al punto C volviendo al punto A para retroalimentar y mejorar el ciclo al completo.
Los learning loops permiten aprender y gestionar el proceso de aprender y evaluar, adaptándolo a cada situación. Si es necesario, se aplican mejoras o cambios y se vuelve a empezar, pero ya con lo aprendido incorporado. De manera que el segundo ciclo es mejor que el primero. No es repetir por repetir. Se trata de repetir para evolucionar.
Las cuatro fases de los learning loops
El sistema de Learning Loop o learning loops se puede dividir en cuatro fases diferenciadas. Cuatro etapas que consisten en aprender, aplicar lo aprendido, analizar esa aplicación y, finalmente, revisar a dónde hemos llegado para planificar el siguiente ciclo o loop. Las dos primeras fases son las habituales en todo proceso de aprendizaje, sea tradicional, online, tutelado o por cuenta propia. Primero aprendemos algo y luego lo ponemos en práctica.
Las dos fases siguientes son las más innovadoras en este sentido. Pero sirven para mejorar tanto el proceso de aprender como el contenido mismo que se quiere enseñar. Todos ganan. Primero, la fase de feedback o analizar qué hemos conseguido con lo aprendido y si lo hemos aplicado correctamente. ¿Ha servido de algo? ¿Nos hemos equivocado en algún momento? ¿Convendría mejorar alguna parte del proceso? ¿Faltaban instrucciones necesarias para llegar a nuestro propósito?
Y en la cuarta fase del Learning Loop, en cierta manera, ponemos en práctica ese feedback o información obtenida de analizar las dos primeras fases. Es decir. Si no se logró que se quería aplicando lo aprendido, ¿debemos cambiar la manera de enseñar o el contenido que se enseña? ¿Qué contenido se echa de menos? Todo eso se incorpora en el siguiente ciclo, de manera que no repetimos el loop sin más. Volvemos a recorrer ese camino con la experiencia acumulada de la primera vez que lo recorrimos.
Aprender a resolver problemas
Los learning loops se pueden emplear en el ámbito de la educación pero también en el mundo de la empresa, en productividad o, de forma genérica, en cualquier ámbito que tenga que ver con resolver problemas. Y por problema podemos entender desde saber diseñar una página web a programar una app, encontrar un material resistente al agua o construir un edificio que consuma la menor cantidad posible de energía.
En este sentido, y dentro del sistema de learning loops, se suele hablar de single loop y de double loop. Es decir, Bucle único y doble bucle. En el primer caso, se trata de repetir el proceso sin variar el método o solución empleados para satisfacer una necesidad o, como dije antes, resolver un problema. Sin embargo, en el doble bucle o double loop, volvemos al principio del proceso, ya que cambiamos todo el sistema por completo si vemos que es necesario.
Un esquema muy popular que explica las diferencias entre ambos sistemas parte de la idea de modelo o marco mental. Este vendría a ser nuestro punto de partida en forma de experiencia, conocimientos, maneras de proceder. Todo ello nos hace tomar determinadas decisiones que, pueden funcionar o no. Para comprobarlo, procedemos a un proceso de análisis o feedback para saber si el resultado es satisfactorio. Si no lo es, podemos proceder de dos maneras.
Con el single loop, analizamos el resultado y volvemos a repetir la misma decisión tomada, tal vez con algunos cambios. Con el double loop, ponemos en cuestión todo el proceso, de manera que empezamos desde el principio. Ya que es posible que la decisión que tomásemos al inicio fuera errónea.
Este modelo, aplicado al aprendizaje implica que el proceso de aprender o enseñar no son estáticos e inamovibles. A medida que tenemos nueva información, podemos incorporarla. Lo que se traduce en ampliar el contenido a aprender o cambiar la manera de enseñarlo. Adaptarse a las necesidades una vez hemos comprobado si la metodología es la adecuada o si se le puede dar una vuelta de tuerca.