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Qué es la neuroarquitectura y cómo fomenta la creatividad

Es sabido que la composición de los espacios puede afectar tremendamente nuestro estado de ánimo, seguramente lo has notado, entras en una habitación y automáticamente sientes más felicidad o estrés, dependiendo de factores tan cotidianos como la luz, colores o el tipo de mobiliario. La neuroarquitectura es una ciencia del diseño que pone en valor esa cotidianidad, entendiendo cómo la arquitectura puede impactarnos, más allá de sus elementos técnicos. 

A continuación, vamos a explicar qué es la neuroarquitectura y cómo esta práctica puede mejorar la creatividad y concentración de quiénes trabajan en un lugar. 

¿Qué es la neuroarquitectura?

La neuroarquitectura puede definirse como la construcción de entornos basados en evidencias científicas, donde el diseño contempla cuáles son los efectos del espacio en diversos aspectos de las personas, ya sean emocionales o comportamentales

Este es un matrimonio entre la neurociencia con la arquitectura que comprende que esta última brinda una experiencia para quienes la habitan. 

De tal forma, esta práctica tiene como objetivo crear espacios que favorezcan la memoria, brinden estímulo a la mente y logren fomentar el desarrollo de las habilidades cognitivas de los humanos. 

Cómo surge la neuroarquitectura

Jonathan Salk, el médico estadounidense que creó la vacuna contra la polio, fue uno de los primeros en observar cómo los espacios impactan la emocionalidad, desde su propia vivencia personal. 

En los años 50, después de pasar un largo periodo trabajando en su laboratorio de sótano, decidió tomar vacaciones en Italia, donde se dio cuenta de que cada vez que visitaba la Basílica de San Francisco de Asís, se iba sintiendo más creativo e inspirado.

Dicha experiencia le llevó a construir un centro de investigación en 1965, de la mano del arquitecto Louis Kahn, donde combinaron la funcionalidad con espacios de laboratorio amplios, materiales simples y duraderos, áreas verdes y una vista privilegiada al océano Pacífico. 

El Instituto Salk fue uno de los primeros ejemplos de neuroarquitectura en el mundo y, gracias a su diseño, es considerado como un lugar que invita a la colaboración entre diversas disciplinas, dando lugar a la inspiración que brinda el espacio exterior y la productividad creativa del interior. 

neuroarquitectura
Imagen de Unsplash.

Aplicaciones cotidianas de la neuroarquitectura

Si bien esta disciplina toma en consideración aspectos bastante complejos sobre el comportamiento humano, su aplicación es simple, ya que se basa en tomar los elementos que nos rodean todos los días y configurarlos en función de nuestro bienestar físico, emocional y mental

Algunos ejemplos de neuroarquitectura aplicados en el día a día incluyen: 

1. Luz natural

A diferencia de la luz artificial, la luz natural fomenta la concentración del cerebro humano y genera un ambiente más agradable para las personas. Por esta razón, un espacio diseñado sobre los propuestos de la neuroarquitectura siempre debe contar con amplio acceso a este tipo de iluminación.

2. Tonalidades frías

El color es una de las principales variables que puede afectar la cognición de los seres humanos. Es más, estudios de neuroarquitectura donde se expone a los sujetos a espacios pintados de diversas tonalidades, han demostrado que los tonos fríos mejoran el rendimiento de la atención y la memoria, en comparación a las tonalidades cálidas. 

3. Techos altos vs. bajos

La altura de los techos también puede ser impactante dependiendo del tipo de actividad que realicen las personas, ya que se ha demostrado que los techos bajos propician el trabajo rutinario, mientras que los techos altos invitan a desarrollar tareas más creativas. 

4. Zonas verdes

Tal como propuso Jonathan Salk en la construcción de su instituto investigativo, las áreas verdes, o simplemente tener acceso a plantas, puede ayudar mucho en reducir el estrés de las personas y permitirles abrir su mente, lo cual es fundamental cuando se está realizando cualquier tipo de trabajo desafiante. 

5. Ergonomía

Un lugar que se considera “ergonómico” es aquel que prioriza la comodidad y la salud de quienes lo habitan, esto es especialmente importante cuando se trata de áreas de trabajo, debido a que objetos como sillas o escritorios pueden afectar el bienestar de las personas y siempre debiesen ser seleccionados con la ergonomía en mente. 

6. Líneas curvas

La neuroarquitectura también ha determinado que los ángulos y las formas inciden en la disposición de las personas. Debido a que los cuadrados y los ángulos rectos suelen provocar mayor estrés o ansiedad, es recomendable que, tanto para el mobiliario como las decoraciones, se prefieran líneas curvas y contornos suaves, si se quiere inspirar comodidad y generar un espacio óptimo para la creatividad. 

Construir mejores espacios de trabajo, que ayuden a mejorar el estrés y aumentar la productividad de los colaboradores, es clave para el desarrollo de las competencias creativas que hacen crecer a los negocios, especialmente en el mercado competitivo de la actualidad. 

Si cuentas con una oficina u otro tipo de área colaborativa, no dudes en considerar los aspectos que pueden verse afectados por la neuroarquitectura, para así ofrecer una experiencia de trabajo más sana y que dé espacio al diseño de mejores soluciones. 

Imagen de Unsplash.

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