La computación cuántica ha sido un tema de creciente interés en los últimos años, pero también de muchas duda. Y el 2023 comenzó a asentar buena parte de las noticias y avances que se llevaban consiguiendo en los últimos cursos.
Para hacerse una idea, IBM, la empresa que lidera la vanguardia de la que se prevé que pueda ser la próxima gran revolución tecnológica, ha pasado en 2016 de presentar un ordenador con 5 cúbit a Condor, presentado el año pasado, con 1.121. Pensemos que hasta hace poco se creía que la barrera de los 1.000 cúbit de procesamiento era un hito que tardaríamos al menos una década en conseguir, pero ya estamos aquí.
Ahora bien, para la mayoría del mundo el término cuántico sigue siendo algo más ligado a la ciencia-ficción, y eso es porque sus aplicaciones reales aún quedan distantes. Sin embargo, cada vez hay más empresa que están en camino y apretando para que los ordenadores cuánticos consigan superar sus errores de información y problemas como la decoherencia, que en la práctica hace que estas enormes y extrañas máquinas, cuya forma está pensada en la refrigeración, no acaben de destacar sobre los ordenadores convencionales.
¿En qué punto nos encontramos con la computación cuántica? ¿Qué empresas están a la vanguardia?
Varias empresas líderes están invirtiendo en el desarrollo de la computación cuántica. Ya hemos nombrado a IBM, la más destacada en este campo y que parece querer subirse al escalón cuántico para recuperar el valor de su historia centenaria.
Tras la presentación de Condor, IBM tiene una hoja de ruta establecida que pretende acabar en 2033 con Blue Jay, una máquina que quieren que solvente los, hasta ahora, insalvables errores cuánticos.
Google es el otro gigante metido de lleno en la carrera, y a partir de ahí aparecen un reguero de nombres no tan conocidos pero que también están contribuyendo.
- D-Wave, empresa canadiense que fue la primera en plantear un ordenador cuántico con perspectiva de uso comercial, es una de ellas. Ha presentado ya ordenadores que superan los 5.000 cúbits.
- IonQ representa por su parte la rama más comercial. Fue la primera de estas compañías dedicadas en exclusivas a la computación cuántica en salir a bolsa y ha firmado contratos con AWS o Azure.
- Quantinuum es resultado de la fusión entre el equipo de Honeywell y el equipo del Cambridge Quantum Computing en 2021. Ha consolidado su posición como empresa con 450 empleados. Su línea de computadoras cuánticas incluye el modelo H2, basado en trampas de iones y equipado con hasta 32 cúbits.
- También destaca Atom Computing, que posee un ordenador de 100 cúbits. Después de este logro, obtuvieron una inversión de 60 millones de dólares en una ronda B a principios de 2022, destinada a continuar con su desarrollo. Este verano, anunciaron una colaboración estratégica con el gobierno de los Estados Unidos, con el objetivo de contribuir a la expansión de las tecnologías cuánticas.
- Y, por último, tenemos a Quera, apenas una startup surgida del MIT pero que hace poco generaba ruido al anunciar una hoja de ruta que podría superar los planes de IBM, adelantando la corrección de errores a 2026.
El impacto en la inteligencia artificial
No obstante, en torno a la computación cuántica siempre ha habido un halo de incredulidad. ¿En qué nos va a ayudar de verdad?
Su propuesta es clara. Trabajar con parámetros cuánticos hará que su capacidad de procesamiento se dispare con respecto a los ordenadores actuales, siempre que sean capaces de procesar y mantener en memoria esas operaciones, protegerlas y no perder el entrelazado cuántico de sus sistemas.
Ahora ya tenemos una aplicación delante de nosotros donde sabemos que sus avances podrían disparar aún más su capacidad. Sí, hablamos de inteligencia artificial.
La IA se basa en el procesamiento de grandes cantidades de datos y en la realización de cálculos complejos. Con la capacidad de procesar múltiples estados simultáneamente, las computadoras cuánticas podrían acelerar significativamente los algoritmos de IA y mejorar su capacidad de aprendizaje y toma de decisiones. Esto podría tener aplicaciones en campos como la medicina, la investigación científica y el desarrollo de nuevos materiales.
Pero esto tiene a su vez una doble vertiente, y es que este escenario puede favorecer mucho más la financiación de las empresas que están investigando sus avances.
Todavía hay muchos desafíos por delante
Pero al hablar de este campo siempre toca mantener los pies en la tierra. La computación cuántica muestra un gran potencial, pero es obvio que todavía hay desafíos técnicos y científicos que deben superarse.
Uno de los desafíos más importantes es el manejo de los errores cuánticos que ya hemos comentado. Los cúbits son extremadamente sensibles a las perturbaciones del entorno, lo que puede introducir errores en los cálculos. Para lograr una computación cuántica estable, es necesario desarrollar técnicas de corrección de errores que permitan identificar y corregir estos errores de manera efectiva.
Otro desafío es la escalabilidad. Actualmente, las computadoras cuánticas tienen un número limitado de cúbits, lo que limita su capacidad de procesamiento. Para lograr una computación cuántica a gran escala, es necesario aumentar el número de cúbits y desarrollar métodos eficientes para conectarlos y controlarlos.
Quizá el 2024 sea el año en el que comencemos a hablar de computación cuántica de forma mucho más cercana y a menudo. Desde luego, echando la mirada solo un lustro atrás, el horizonte que tenemos ahora parecía impensable.