Investigadores de las instalaciones del NIF, en Estados Unidos, han logrado que la energía liberada en una reacción de fusión sea mayor a la invertida.
Combustible teóricamente ilimitado, no emite contaminación y dispone de una capacidad para generar electricidad como no la tiene ninguna otra fuente de energía conocida: la fusión nuclear es desde hace décadas el objeto de deseo de científicos, medioambientalistas y especialistas en desarrollo energético. El principal inconveniente son las condiciones extremas necesarias para que el fenómeno tenga lugar. Investigadores estadounidenses han logrado llevar a cabo un ejemplo de la reacción, superando una prueba decisiva para conseguir que la fusión nuclear funcione.
Al contrario que la fisión nuclear –la separación de un átomo–, la fusión consiste en la unión de dos átomos para formar otro más pesado, liberando así energía en el proceso. La diferencia es que su combustible es el hidrógeno, abundante de forma natural, mientras que el uranio está concentrado en reservas. La unión de los átomos no produce residuos tóxicos y genera una cantidad de energía mucho mayor que el proceso que se lleva a cabo en las centrales nucleares actualmente. Además, el fenómeno es difícil que se preste a una reacción en cadena, un riesgo que sí existe con la fisión.
Pero para producir la fusión nuclear, que es la fuente de energía que utiliza el Sol, es necesario crear unas condiciones extremas, que consumen una gran cantidad energética. Aunque la reacción atómica ya ha sido probada empíricamente con anterioridad, en todos los casos el aporte era mayor que el resultado obtenido. Los científicos del NIF (National Ignition Facility), perteneciente al Laboratorio Nacional de Lawrence Livermore, que financia el gobierno de Estados Unidos, han concentrado 192 rayos de la tecnología láser más potente para calentar y comprimir una bola diminuta de hidrógeno hasta alcanzar el punto en el que tiene lugar la fusión nuclear.
Por primera vez el combustible formado por hidrógeno ha liberado más energía de la que ha absorbido en el proceso. El experimento pertenece a un plan anunciado en 2009, mediante el que se pretendía demostrar la viabilidad de la fusión nuclear en septiembre de 2012. Ha habido que esperar un año más, debido a unos resultados preliminares poco esperanzadores y a cambios de orientación en el conjunto de las investigaciones del NIF.
Finalmente se ha completado el experimento, aunque falta mucho camino por recorrer para que la fusión nuclear encienda la luz en nuestros hogares. El primer paso es pulir el proceso de los científicos del NIF. A pesar de que la absorción de energía por el hidrógeno fue menor a la cantidad liberada, parte de la potencia de los rayos láser se perdió al no incidir directamente en el combustible.
Para la reacción llevada a cabo en el NIF se aumentó la temperatura y se comprimió el combustible. El otro método utilizado para buscar la fusión nuclear es por confinamiento magnético, que usa campos magnéticos para propiciar la unión de los átomos.
Imagen: will biscuits y Lawrence Livermore National Laboratory