El consumo colaborativo, es decir, compartir un producto (y pagarlo) con otros consumidores, se está convirtiendo en una tendencia cada vez más sólida.
¿Es cierto que la recesión global ha traído un cambio cultural a la hora de consumir? La tendencia parece afirmar que sí. Cada vez más la sociedad, y más ahora con la irrupción de la cultura digital, mira con lupa los gastos y trata de buscar opciones y servicios más competitivos económicamente. El único camino posible es entonces “cortar” el número de intermediarios para conectar consumidor con proveedor de servicios. Con ello, en los últimos años han proliferado múltiples plataformas y portales de diversos verticales con visión global que conectan a cientos de usuarios para cubrir necesidades de manera más ágil, más eficiente y más económica.
Se empieza a notar que el consumo colaborativo empieza a causar furor en muchos puntos del globo. Más allá del ahorro económico que supone, encontramos un “modus vivendi”: la filosofía del compartir, prestar, alquilar e intercambiar tienen ahora más protagonismo y parecen seguir un “trend” observado por muchos sociólogos. La fuerza colectiva reinventa la manera de cómo se consume e Internet tiene parte de la culpa de crear un mercado más fluido que facilita la conexión de personas con fines comunes.
Los «prosumers», productores y consumidores al mismo tiempo, son parte esencial de éste nuevo juego. La reputación además tiene un papel importante abriendo una fe renovada a las comunidades online. Y España no se queda atrás en esta tendencia. Recientemente, se han abierto iniciativas diversas ellas que van a dar qué hablar: vestidos de marca, coches o hasta intercambio de casas.
Polo Villaamil nos cuenta: “Las clientas de La Más Mona se han cansado de comprarse un vestido nuevo cada vez que tienen un evento formal, para usarlo solamente un par de veces y luego dejarlo en sus armarios cogiendo polvo. Rentar se ha convertido en la alternativa más inteligente para estas mujeres, que no tienen ningún compromiso en admitir que su look es alquilado, y que la ropa ha dejado de ser una preocupación cada vez que reciben una invitación para otra boda.”
Por otra parte, Fernando Almenara de Mambocar comenta: “El consumo colaborativo es una tendencia que está llegando a España pero que en Estados Unidos tiene una gran relevancia.” En el caso de los viajes, es el modelo de una nueva forma de explorar, donde el contacto con las personas de la localidad que se visita es un ingrediente más del recorrido proporcionando el mejor recuerdo, algo que difícilmente puede conseguirse con el trato de una empresa. Es el contacto con las personas del lugar al que nos desplazamos lo que proporciona una experiencia inigualable.
Xavi Laballós, fundador de una startup de intercambio de casas afirma: “Puede que aún haya gente que le suene como algo pasajero o una moda temporal pero con el tiempo nos daremos cuenta que el consumo colaborativo trata simplemente de una forma de consumir mucho más inteligente, racional y sostenible que la que estábamos acostumbrados”. Cuando se le pregunta a alguien donde le gustaría viajar, casi siempre responde con una larga lista de ciudades. Cuando se le pregunta por qué no ha ido aún, la respuesta la mayoría de las veces es la misma: «el presupuesto no se lo permite. Se tiene tendencia a pensar que el dinero es la única moneda de cambio para tener acceso a lo que deseamos y es precisamente aquí donde el consumo colaborativo rompe las reglas.”
“MyTwinPlace nació para permitir a cualquier persona viajar a sus destinos favoritos sin que el dinero fuera un impedimento. Hoy, la comunidad de MTP ya está viajando por todo el mundo intercambiando sus casas entre ellos. Esto no sólo supone un ahorro muy considerable en alojamiento sino que además estamos conectando a personas que hacen que sus experiencias viajeras sean mucho más personales y genuinas. Es increíble ver como nuestros usuarios preparan detalladas guías de su ciudad para sus huéspedes listando lugares que sólo los lugareños conocen. O ver como después del intercambio siguen guardando una amistad especial. Y lo más impactante, el intercambio de casa como forma de viaje crea adicción. Una vez lo pruebas te quedas enganchado” asegura Xavi.
Y es que tras esta nueva filosofía vemos que lo realmente importante es el acceder a las cosas más que el poseer.
¿Por qué es necesario tener el DVD, cuando lo único que queremos es disfrutar de la película? Compartir los costes entre varios es la clave para poder acceder a más servicios y actividades.
Acerca de las startups:
- Con La Más Mona, las mujeres pueden alquilar vestidos y accesorios de los mejores diseñadores en línea, por tan sólo 50€.
- Mambocar es el alquiler de coches P2P para los viajeros en Europa.
- MyTwinPlace es el sitio web de intercambio de casas que permite a los propietarios obtener alojamiento gratuito en todo el mundo con tan solo 1 clic.