El fabricante de coches eléctricos abrirá una planta entera dedicada a construir baterías, que por su envergadura será la mayor en el mundo.
La fábrica de baterías de Tesla está destinada a ser la más grande del mundo, según el CEO de la compañía Elon Musk, quien ha confirmado la construcción de esta planta. El fabricante de coches eléctricos necesita baterías si quiere aumentar en un futuro la producción de sus vehículos y ésta es razón suficiente para levantar su propia planta. Lo harán en asociación con otras compañías, y entre los socios que se barajan el que suena con más fuerza es Panasonic. No es lo único que está sin concretar, la localización de las instalaciones tampoco está aún definida, pues hay distintas ubicaciones sobre la mesa.
¿Por qué construirá Tesla una fábrica gigante de baterías? Las razones se ven claramente al echar un vistazo a las cifras. En 2013 las ventas de coches de la marca fueron de 20.000 unidades en Estados Unidos, pero Musk ha afirmado que para finales de esta década pretende que el número alcance los 250.000 vehículos anuales sólo en el país, mientras que globalmente espera que se vendan 500.000 coches.
Este espectacular incremento, que no tiene precedentes en la historia de la automoción, no está exento de complicaciones logísticas. Y es que la pretendida producción de 500.000 coches anuales coparía prácticamente todas las existencias de baterías de ion litio que se fabrican hoy en día en un año. No cabe duda de que una fábrica de baterías de Tesla es un requisito imprescindible para las aspiraciones de la marca.
No se han dado muchos detalles acerca de las instalaciones, pero el CEO sí ha dicho que será una “fábrica verde”. La energía solar será clave en el funcionamiento de la planta – Tesla ya ha experimentado en este campo – y destacará la capacidad de reciclaje, pues los viejos paquetes de baterías que lleguen se reconvertirán para crear otros nuevos.
El fabricante también está coqueteando con otras innovaciones tecnológicas. Entre ellas está la de los coches autónomos, de los que Musk ha dicho que en tres años podrían estar listos los sistemas para permitir el funcionamiento de este tipo de vehículos. El coche de Tesla ofrecerá un control informático durante el 90% del tiempo de la conducción, mientras que el restante 10% requerirá intervención humana.
El otro campo en el que se ha introducido Tesla, del que los resultados se ven más de cerca pues ya están presentes en modelos a la venta, es la conectividad. El Tesla S es el primer coche con una pantalla de 17 pulgadas, que facilita la navegación y proporciona una interfaz nueva para que el conductor se comunique con su vehículo, principalmente orientada a desplegar las funciones que podemos tener en un smartphone.