La empresa de Montain View sigue comprando empresas para reforzar otros campos en su estrategia global. Según ha transcendido habría creado un comité de ética para vigilar el uso correcto de esta tecnología.
Por todos es conocido el interés de Google por comprar otras compañías de sectores con gran potencial en un futuro cercano y que tengan presencia clave en nuestra vida diaria. Desde su fundación ya son más de 140 las empresas adquiridas por Google para reforzar su posición en diferentes campos. Algunas de estas últimas compras han sido empresas como Nest y Boston Dynamic, conocida la primera dentro del campo del Internet of Things y la segunda en robótica militar.
Pero Google continúa sacando la cartera y se acaba de hacer pública que la compra de DeepMind, una empresa de inteligencia artificial inglesa. Tal y como se indica en la web de DeepMind, las primeras aplicaciones comerciales de sus algoritmos han ido encaminadas a la simulación, el e-commerce y los juegos. Por una parte, con esta compra Google consigue adquirir talento: el fundador de DeepMind, Demis Hassabis es conocido por ser el creador del adictivo juego Theme Park. Por otra parte, Google adquiere tecnología para el aprendizaje de máquinas y redes neuronales artificiales.
Sin embargo, este no es el primer acercamiento de Google hacia la inteligencia artificial. Hace unas semanas, nos hacíamos eco en Think Big de un experimento de los Google X Labs sobre el aprendizaje de las máquinas.
Vigilando el uso dado a la tecnología
Uno de los puntos más llamativos de esta adquisición es que, según parece, se habría creado un consejo ético formado por miembros tanto de DeepMind como de Google para controlar el uso que se hace de la inteligencia artificial. Al igual que muchas innovaciones tecnológicas que van apareciendo, el cómo se haga uso de ella puede generar un intenso debate ético en la sociedad. Por ejemplo, la clonación humana, el uso de células madres o el más reciente uso de drones de vigilancia en espacios aéreos públicos son algunos asuntos que tienen voces a favor y en contra.
Cada vez son más los críticos que avisan de la gran cantidad de información que las grandes empresas de Internet manejan y estudian sobre sus usuarios, el Big Data, y que les permite conocer y predecir nuestros gustos y comportamientos. Hace algunos días los medios de comunicación se hacían eco de que Amazon podría enviar pedidos a nuestra casa, antes incluso de que efectuáramos su compra. A medida que Google y otras empresas vayan avanzando en el campo de la inteligencia artificial, será necesaria la existencia de mayor debate público y un control sobre el uso que las grandes compañías hagan de esta tecnología.
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