Aprobado un sensor implantado bajo la piel que monitoriza a pacientes con problemas de corazón. Otro ejemplo más de la nanotecnología aplicada en medicina.
Se llama CardioMEMS HF System, y se trata del primer implante bajo la piel aprobado por la Food and Drug Administration, con el objetivo de prevenir un infarto antes de que ocurra (en aquellos pacientes que ya han experimentado episodios parecidos anteriormente). Según la entidad norteamericana, cerca de 5,8 millones de personas sufren problemas de corazón, por lo que este sensor es fundamental para mejorar el control médico de estos pacientes.
Estas complicaciones cardíacas provocan que este órgano tan importante no bombee la sangre con la suficiente fuerza. Por este motivo, las personas con problemas de corazón no pueden realizar actividad física de manera normal, con lo que sus rutinas diarias se trastocan bastante.
El sensor, desarrollado por la compañía CardioMEMS, presenta tres partes fundamentales: una batería, un catéter y un sistema electrónico que recibe, procesa y envía las señales para que los médicos monitoricen a estos pacientes con problemas de corazón. Todas las piezas conforman un dispositivo que permite medir la presión sanguínea de estas personas en todo momento.
Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Y es que la nanotecnología aplicada a la medicina, por revolucionaria que parezca, también ha de pasar estrictos controles clínicos para garantizar que este tipo de sensores son seguros, funcionan correctamente y no producen ningún problema en los pacientes.
En el caso del implante CardioMEMS HF System, orientado a personas con problemas de corazón, llegar hasta aquí no ha sido fácil. Tal y como relatan en Forbes, el camino recorrido por CardioMEMS ha estado lleno de dificultades. En particular, de dos: las conclusiones de las evaluaciones de la FDA en 2011 y 2013, donde se decía que el dispositivo era seguro, pero que no tenía ningún beneficio.
Meses después, tras comprobar los resultados de un ensayo clínico que reclutó a más de medio millar de pacientes, la agencia estadounidense ha dado por fin su visto bueno a este sensor. Después de examinar las pruebas realizadas, la FDA considera que ahora sí se ha demostrado la eficacia de este implante en pacientes con problemas de corazón, que pueden estar mejor controlados por sus médicos y además, reducir el tiempo de hospitalización.
La tecnología wearable aplicada al ámbito de la salud está cambiando por completo la atención médica. Este sensor, implantado bajo la piel, puede ayudar a muchas personas a mejorar su calidad de vida. El ejemplo de CardioMEMS es una buena muestra de cómo la nanotecnología puede ser fundamental para la monitorización de una patología que sólo en Estados Unidos contó con unos costes sanitarios cercanos a los 31.000 millones de dólares, además de los evidentes problemas personales y familiares que acarrea.
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