A partir del auge de las incubadoras y aceleradoras surge una nueva área de negocio las: virtuales. Ubicuidad y servicios más económicos son sus principales atractivos
Desde hace unos años las incubadoras y las aceleradoras han brotado como respuesta al incremento del espíritu emprendedor. La necesidad de las startups de recibir asesoramiento y apoyo financiero para superar las complejas primeras fases de vida han hecho que el ecosistema se nutra de incubadoras y aceleradoras en las principales ciudades.
Aunque a primera vista puedan parecer idénticas, ya que buscan un mismo objetivo, incubadoras y aceleradoras ofrecen servicios distintos. Si bien ambas ofrecen espacio físico para el trabajo diario y mentorización por parte de expertos a cambio de una cuota mensual o porcentaje de participación en la startup, en las aceleradoras hay una inversión asegurada por parte de la misma en la startup, algo que no ocurre con las incubadoras.
Aunque estos espacios se han multiplicado por todo el mundo en los últimos años, sigue existiendo un exceso de demanda sobre la oferta existente. Por diversos motivos muchas startups se suelen quedar fuera del proceso de aceleración. De aquí surge la idea de industrializar el proceso incubador y poder llegar al mayor número de emprendedores posibles. Se podría decir que sería la democratización y la industrialización de la mentorización.
Entre las ventajas de este nuevo concepto de incubadora están que no importa que el emprendedor resida lejos ya que el asesoramiento se produce totalmente de forma online. Además al ser virtual, los costes de formación y asesoramiento se reducen sustancialmente.
Hasta ahora ha sido habitual que las incubadoras te reserven una plaza en un espacio de coworking o una pequeña oficina para emprender. No obstante, el concepto de las incubadoras implica no tener un espacio físico. Esto que puede ser en ocasiones un inconveniente, dado que muchos emprendedores prefieren tener un espacio de trabajo y de networking, tiene su parte positiva y repercuten positivamente reduciendo los costes de la startup en una fase en la que cualquier ahorro extra es importante.
Sin embargo hay que ver cómo evolucionan estás incubadoras virtuales, cuyo concepto apenas tiene un año de vida, ya que industrializar o democratizar la mentorización por parte de expertos es, en sí misma, una tarea compleja. Al fin y al cabo, la mentorización es una actividad de alto valor añadido que tiene un alto grado de personalización. Al igual que el e-learning que explotó a partir de la aparición de los MOOC, es posible que las incubadoras virtuales tengan aún que recorrer un largo camino hasta que encuentren la vía para el auge de este modelo de negocio.
Cuatro ejemplos de incubadoras virtuales
StartupsMentor
Este proyecto español ofrece itinerarios en función de las necesidades de cada startup y cuyo objetivo es reducir las tasas de fracaso en las primeras etapas. Pone a disposición de los emprendedores a mentores de primer nivel (entre los que se encuentra Rodolfo Carpintier), herramientas, descuentos en servicios para startups así como una comunidad de networking donde resolver dudas. Las startups que opten por StartupsMentor tendrán la posibilidad de conseguir un “fast track” en la aceleradora Top Seeds Labs.
Mashauri
También con sello español, busca ofrecer a startups y pequeños negocios un abanico de servicios como los que se pueden encontrar habitualmente en las incubadoras tradicionales. A través de un programa de aceleramiento, mentores internacionales y acceso a una amplia red de emprendedores, Mashauri quiere aumentar las tasas de éxito de las ctartups incubadas. Accesible en inglés y en español.
Clarity
Servicio de mentores a distancia en inglés. Podríamos decir que es como los servicios web de aprendizaje de idiomas donde se pueden mantener conversaciones con nativos por un tiempo determinado. Dispone de una amplia red de profesionales con un gran escalado de precios.
Startup Quest
Incubadora virtual americana que ofrece un itinerario dividido en 5 niveles. Tiene socios como Start-up Chile pone a disposición de los emprendedores una amplia red de mentores, cada uno con una tarifa diferente en función de su prestigio profesional gracias a su acuerdo con Clarity.
Imágenes Heisenberg Media / Lewicki