Han pasado casi 200 años y a saber cuántos millones de imágenes desde aquella primera captura de Joseph Nicéphore Niépce en el año 1826 utilizando el invento de Charles y Jacques Vicent Louis Chevalier en París. Desde entonces hasta hoy hemos visto evolucionar tanto las cámaras fotográficas como las propias capturas. Pero sobre todo la llegada de la fotografía digital ha supuesto grandes cambios en la manera de entenderla. Uno de ellos, el más relevante que quizás aportó la digitalización, fue que desde ese momento podíamos disparar sin pensar en carretes o revelados.
Y cuando pensábamos que la fotografía ya estaba reinventada en digital, se populariza y casi instaura como habitual el uso de la cámara de los teléfonos móviles. “El smartphone es un dispositivo que, a diferencia de la cámara tradicional, prácticamente no ocupa espacio y que, al tratarse también de un teléfono, lo llevamos siempre encima. En consecuencia, siempre disponemos de un dispositivo para captar lo inesperado, la imagen sorpresa. Y naturalmente también el paisaje o el retrato que también captaríamos con la cámara tradicional”, explica Javier Melenchón, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC. En datos de un estudio conjunto de IPSOS y Tuenti sobre hábitos de uso y conexión a Internet entre jóvenes españoles en 2014, el 62% reconocía utilizar más su móvil que su cámara tradicional y hasta un 88% daba importancia a la calidad de la cámara a la hora de elegir un smartphone.
Si hace sólo cinco años nos hubieran dicho que el accesorio de moda en el mundo de la fotografía 2015 sería un palo o bastón para hacernos autofotos o selfies con el smartphone no nos lo hubiéramos creído. Pero más allá de la moda de los selfies –en realidad lo de hacernos autorretratos nos ha gustado siempre– los teléfonos están poco a poco sustituyendo a las cámaras, sobre todo a las más sencillas. “Es un fenómeno que empezó hace años pero es ahora cuando realmente se notan los efectos en algo tan sencillo como que hay quienes van de vacaciones sin cámara… ¿sin cámara? En realidad no, porque para ellos la cámara ya es la del teléfono”, comenta Iker Morán, periodista especializado en fotografía.
Aproximadamente dos de cada tres personas ya no tienen o usan cámara sino que cubren esta función con su smartphone. Además, esta tendencia se acentúa en periodos de vacaciones o viajes, fiestas, celebraciones o cualquier otro evento. “El móvil llega allá donde vamos nosotros y nos permite fotografiar cualquier momento. Lo que hacemos y almacenamos se multiplica y capturamos situaciones que antes no podíamos porque no íbamos con cámara en mano”, indica Álvaro Trénor, CEO y fundador de Tagloo, una aplicación para compartir y organizar fotografías, reinventando el concepto de álbum de fotos.
Fotografiar para compartir
Y es que con la fotografía digital empezamos a hacer más y más fotos que en la era analógica. “Pero la llegada de los móviles al mundo de la fotografía lo ha multiplicado por mil. Sacamos más fotos y, sobre todo, hacemos fotos ya pensando en compartirlas. Las fotos están perdiendo parte de su factor de recuerdo. Ya no son para el álbum del verano de 2015 sino para subirlas ya mismo a Facebook o Instagram”, remarca Morán.
Sin duda la popularización de las redes sociales –tanto las generalistas como las especializadas– ha sido otro de los factores que ha contribuido a cambiar nuestra percepción de la fotografía. “Las redes sociales han introducido el factor de la comunicación en el mundo de la fotografía. No únicamente con referencia a la inmediatez de aplicaciones como Instagram y a la proliferación de la imagen tipo “mira el plato que me voy a comer”. Una imagen que no tiene objetivo alguno de perdurabilidad sino que únicamente pretende despertar la envidia de los amigos. “Actualmente existe una gran proporción de esta imagen cuyo objetivo es únicamente la comunicación instantánea”, asegura Antoni Marín, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC. “Pero las redes sociales no son únicamente esto. Facebook, 500px o Flickr son plataformas en las que fotógrafos cuyo objetivo es la imagen de calidad comparten conocimientos muestran lo que hacen a los compañeros, discuten sobre nuevos procesos de revelado y analizan los resultados que obtienen”.
El smartphone también ha traído consigo un cambio de actores en la imagen y es que como nos recuerda Marín “el fotógrafo normalmente era aquel que nunca salía en las fotos y actualmente el fotógrafo o el autor de un canal probablemente sea el que más veces aparece en el mismo”. El archiconocido selfie ha entrado con fuerza en el mundo de la fotografía y ya ha conseguido que aunque dejemos nuestra cámara en casa sí seamos capaces de cargar con un palo para salir bien favorecidos. Para Álvaro Trénor, el selfie va muy en concordancia con esta tendencia de compartir nuestra vida en imágenes a las redes sociales, “es una forma de dejar nuestra huella, de evidenciar que estábamos ahí, en ese momento y en ese lugar”.
Más fotos
El uso del móvil como cámara de fotos hace que saquemos más fotos pero como la tendencia es la de imprimir menos el resultado es que la gran mayoría de fotos se quedan olvidadas. Probablemente nunca volveremos a verlas, no las ordenaremos y no las encontraremos cuando nos hacen falta porque están diluidas entre todas las que hemos ido almacenando.
Precisamente esta tendencia a almacenar imágenes que quizás nunca vuelven a verse es uno de los problemas que ha generado esta nueva forma de entender la fotografía. “Captamos tantas imágenes, con frecuencia muy similares entre ellas y con frecuencia también de una calidad cuestionable, que después nos falta tiempo para seleccionarlas, visionarlas y compartirlas. Normalmente acabamos mostrando las que nos llaman más la atención y dejamos en la carpeta del olvido el resto. Gestionar tanta información no es sólo un problema de con qué programa o con qué método las clasificamos. Es también un problema de tiempo”, explica Melenchón.
Por ello surgen aplicaciones orientadas a solventar este problema, como es el caso de Tagloo, una startup española que ha creado una app para organizar las imágenes de manera sencilla, tanto de forma privada como si lo que queremos es compartirlas con amigos. La app surge como solución a un problema básico: encontrar rápidamente en nuestro smartphone las fotos que buscamos en cada momento y compartirlas de una forma sencilla y eficaz.
Y cuando el problema es la falta de espacio de almacenamiento en el terminal, acudimos a la nube. Bueno, también para hacer copias de seguridad. “La nube es una solución complementaria ya que traspasamos la responsabilidad de no perder la información a un tercero. Es como otro medio adicional para almacenar nuestras fotos. Hay que tener en cuenta los términos y condiciones de muchos servicios de almacenamiento en la nube, ya que muchos de ellos nos ofrecen espacio gratuito a cambio de poder utilizar nuestras fotografías sin previo aviso”, remarcan los profesores de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicaciones de la UOC. “La impresión no se debe olvidar si queremos aumentar nuestras garantías de conservar las fotos que más nos gustan. Cuantos más medios usemos para archivarlas, más difícil de perder. Lo ideal es siempre imprimir aquellas fotos que no queramos perder”.
Mejorar con apps
El desarrollo de las cámaras fotográficas y su popularización en los teléfonos móviles ha venido acompañada de una gran cantidad de aplicaciones que nos permiten mejorar nuestras fotos, ponerles filtros y por supuesto, compartirlas al instante. Según el estudio de Tuenti Móvil e IPSOS sobre uso de los smartphones en jóvenes durante 2014, un 79% de los encuestados aseguró tener en su teléfono al menos una app para retocar o subir fotos y un 19% declaró utilizarla a diario. Las aplicaciones fotográficas se sitúan en segundo lugar entre las preferidas por los jóvenes, tan sólo superadas por las apps de mensajería móvil.
“La app cambia el sentido tradicional de la fotografía. Una cámara fotográfica es un dispositivo con unas prestaciones determinadas que prácticamente permanecen inalteradas desde el momento de la compra. Una app es un conjunto reducido de prestaciones que instalamos en el smartphone. Podemos instalar, renovar y experimentar con las apps que instalamos en el móvil hasta un punto que se aproxima al infinito. En consecuencia la búsqueda de la nueva imagen del verano es un proceso sin fin”, comenta Marín.
El 60% de los encuestados en el estudio de Tuenti-IPSOS de 2013 reconocía retocar con alguna app tipo Instagram sus imágenes antes de subirla. Esta aplicación y red social, que no dudó en comprar el CEO de Facebook, es la reina, la gran triunfadora. Y nos hemos acostumbrado a ver la vida a través de Instagram y sus filtros: colores saturados, cielos con azules perfectos y nubes de algodón, comida espectacular, imágenes contrastadas… “Así que cuando luego ves una foto de una cámara normal sin nada de eso todo parece un poco más aburrido. La vida es más bonita en Instagram, lo que se suele decir medio en serio medio en broma”, destaca el periodista especializado en fotografía Iker Morán, quien usa básicamente Instagram, Snapseed y VSCO Cam, que tiene filtros muy elegantes y más sutiles que Instagram. “La clave es no pasarnos demasiado y tener en cuenta que una buena foto sigue siendo una buena foto –da igual que esté hecha con cámara o con el móvil– y que una foto mala no se salva por mucho filtro que usemos”.
Como comentan los profesores de la UOC, las aplicaciones que más se utilizan son las que ofrecen funcionalidades y/o facilidad de uso al usuario: desde integrar funcionalidades de captura, edición, compartición de fotografías sin tener que acudir a otras apps hasta aportar la posibilidad de realizar una fotografía nada más desbloquear el teléfono. La integración es clave para facilitar el uso en un dispositivo al que se accede en intervalos cortos de tiempo, así como la usabilidad de las mismas.
Así pues actualmente las aplicaciones se concentran básicamente en dos vertientes básicas: retocar y compartir. Y teniendo en cuenta la evolución que están teniendo el futuro podría deparar muchas y novedosas opciones que revolucionen más si cabe el uso de la fotografía. “Es muy difícil prever la creatividad de las personas a la hora de proponer soluciones para capturar, editar o almacenar fotografías. No obstante, aplicaciones que tomen fotografías que luego se puedan visualizar en pantallas 3D o mediante gafas de realidad virtual no están muy lejos. Lo más seguro es que vayamos encontrando versiones cada vez más refinadas y más fáciles de utilizar sobre la captura, edición y compartición de fotografías; el autoetiquetado también es algo que en un futuro nos llegará”, señala Javier Melenchón, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC.
Tanto las apps como los dispositivos móviles (no sólo los smartphones) están desplegando su potencial. “Estamos presenciando un momento de la historia en que la tecnología multimedia adquiere protagonismo y pasa de ser a aportar usos reales, cómodos y atractivos a las personas. Sólo estamos descubriendo la punta del iceberg. Ya tenemos imágenes en 3D, gafas de realidad virtual, reconocimiento de objetos, captura y edición de diversidad de media (imagen, audio, vídeo)… Pero aún están por llegar los hologramas e implantarse los vestibles (wearables), por ejemplo. Tendremos los dispositivos móviles cada vez más integrados en nuestras vidas y eso provocará que aparezcan apps que nos hagan la vida más fácil y, concretamente, que podamos tomar mejores fotos, más rápidamente e incluyendo contenido que no existe en la captura original, describiendo nuestra foto automáticamente y conectándola con todos nuestros dispositivos y contactos que deseemos”, pronostica Antoni Marín, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC.
Apps recomendadas
Los expertos de la UOC recomiendan algunas aplicaciones para este verano, además de la aplicación más paradigmática de fotografía, Instagram, que se ha convertido en una de las redes sociales por excelencia.
- Instasize: fotos en formato rectangular para Instagram
Para publicar fotos en Instragram en formato rectangular hay que recurrir a otras aplicaciones, dado que esta red social solo publica imágenes en formato cuadrado (estética que homenajea a las antiguas Polaroid). Disponible en Google Play Store o en Apple Store, con Instansize no hace falta redimensionar la foto y se puede mantener el formato panorámico de la imagen que hemos captado con nuestra cámara.
- AutoStitch Panorama: imágenes panorámicas
Una aplicación que por defecto prácticamente tienen todos los dispositivos móviles es la de hacer panorámicas, opción que nos permite capturar espacios y paisajes amplios con una perspectiva propia de una óptica gran angular. Sin embargo, también hay otras aplicaciones que permiten hacer panorámicas con más funciones, como es el caso de AutoStich que permite hacer fotos en cualquier posición y sentido (izquierda-derecha, arriba-bajo) y después fusionarlas todas en una.
- Camera FV5: controla la cámara de tu móvil como si fuera una réflex
También se pueden descargar aplicaciones que permiten el control manual del dispositivo móvil y emular el funcionamiento de una cámara réflex. Una muy completa para dispositivos Android es Camera FV-5, que proporciona a la cámara del móvil los controles tradicionales de las cámaras réflex (DSLR) y cámaras compactas avanzadas: diafragma, exposición, ISO, histograma, entre otros.
- Long Exposure Camera 2 y Long Expo: fotografías de exposición larga
La exposición larga es una técnica fotográfica habitual en la fotografía nocturna mediante la cual exponemos durante segundos, o incluso minutos, escenas que evidentemente son muy oscuras. Con el móvil -cosa que no se puede hacer con ninguna réflex- podemos ver cómo se va impresionando la fotografía y parar el proceso en un momento determinado. Dos aplicaciones que permiten hacerlo son Long Exposure Camera 2 para Android o Long Expo para iOS.
- Framelapse y Timelapse: aceleración de las escenas en movimiento
Con el teléfono inteligente también se pueden hacer capturas de escenas en movimiento y acelerarlas, es decir, timelapses. Se trata de situar el dispositivo en un soporte estable para que no se mueva y disparar un fotograma cada cierto tiempo. Según el intervalo que escojamos aceleraremos más o menos, por ejemplo, el movimiento de las nubes, de la gente por la calle o de los elementos de la escena que hayamos escogido. Algunas aplicaciones: Framelapse para Android y Timelapse para iOS.
Imágenes: Shuttlerstock