Incrementar la penetración de las tecnologías digitales en la actividad económica de una sociedad impacta positivamente en la productividad y el crecimiento económico. Sin el talento y las competencias digitales necesarias, esta oportunidad se desvanece.
Como ya hemos comentado anteriormente en blogThinkBig.com, se estima que en 2020, el 90% de los puestos de trabajo requerirán habilidades digitales. Este proceso se está intensificando con la expansión de la denominada Industria 4.0, la progresiva incorporación de las tecnologías digitales a los procesos productivos. Las competencias digitales son más críticas que nunca para sostener la creciente Economía Digital.
Europa afronta retos en este contexto. Con una productividad estanca, la región registra un gap importante entre oferta y demanda de perfiles digitales. Se estima que en 2020 existirán en Europacasi un millón de vacantes para estos perfiles. Europa corre el riesgo de quedar rezagada frente a otras economías en un contexto global de digitalización creciente.En España, se suma un reto mayor, el de incrementar la empleabilidad, en particularde los jóvenes y especialmente tras el elevado volumen de desempleo juvenil que deja la dura crisis. Apostar por el fomento de las competencias digitales significa también apostar por el incremento de la empleabilidad.
A partir de esto, no es difícil deducir que el sistema educativo se convierte en el eje crítico para conseguir que nuestro país cuente con estos profesionales del futuro. Las tareas de adopción de tecnología en las aulas son elevadas a día de hoy, pero no es suficiente.El sistema educativo necesita una revisión para avanzar aún más.
Una evolución hacía el curriculumdel futuro
Si leemos las señales que nos deja el presente con respecto a lo que pasará en el futuro, es fácil darse cuenta que cada vez más existe una fuerte relación entre las competencias digitales y la empleabilidad. Cuanto mejor formados estén los profesionales en este ámbito, más sencillo será para ellos encontrar un empleo de calidad. Y esto empieza fomentando una vocación de carácter técnico.
Como ya hemos dicho, el grado de digitalización de las aulas en Europa es elevado. En España, por ejemplo, estamos por encima de la media en estos términos, aunque con diferencias entre las diferentes Comunidades Autónomas y entre los centros públicos o privados.
Para reducir esta brecha y aumentar la competencia en términos generales, actualmente se explotan dos vías de desarrollo. La primera es el fomento del uso de las TIC para el aprendizaje. Para ello, es fundamental que las aulas estén equipadas con conectividades a Internet de calidad y con recursos digitales y tecnológicos, aunque esto no garantiza que los estudiantes adquieran competencias digitales de calidad. También es necesario que la capacitación de los docentes esté a la altura de los “nativos digitales”, y que sean capaces de adaptar métodos pedagógicos innovadoresque promuevan el aprendizaje mediante el uso de las TIC, desarrollando en paralelo las habilidades sociales, comunicativas y participativasde los profesionales del futuro.
La segunda vía es la adaptación curricular para incorporar la enseñanza de competencias digitales específicas en el sistema educativo. Según expertos, la programación fomenta el desarrollo del pensamiento lógico y la agilidad en la resolución de problemas. Ya son 12 los países en Europa que han apostado por esta vía, decantándose 7 de ellos por la incorporación de la programacióncon carácter de obligatoriedad y en su mayoría en la etapa de secundaria. En España, comunidades como Madrid o Navarra ya lo han incorporado en muchos de sus centros, con iniciativas privadas que están fomentando en gran medida el rápido desarrollo de estas competencias.
Con respecto a la habilitación y empleabilidad de los profesionales del futuro, en el ámbito de la educación universitaria,el punto de partida es evaluar en qué medida las titulaciones están adaptadas a la realidad digital. En España, tan sólo el 1% del total de las titulaciones universitarias está relacionado con la Economía Digital. Es por ello que el Ministerio de Industria, Energía y Turismo publica en 2015 “El Libro Blanco de Titulaciones del sector de la Economía Digital” como parte de la iniciativa “Formación para la Excelencia” enmarcada en la Agenda Digital de España. Con ello, se revisanlas titulaciones que se imparten en las universidades del país para adaptarlas alas necesidades de la economía digital.
En resumen, en este marco se plantean distintos retos a los que tendremos que hacer frente durante los próximos años, entre los que destaca, el evitar el incremento de la brecha en competencias digitales entre países europeos, comunidades autónomas y centros públicos y privados. El eje clave será el sistema educativo. Este factor será determinante para impulsar la productividad, la competitividad y el crecimiento económico en un contexto de creciente digitalización global.